¡Cómo necesitaba el Athletic Club hilar dos victorias consecutivas! Y cuánto más importante es desde el punto de vista anímico en medio de una semana tremenda batir al equipo de moda, colíder de esta Liga que aspiraba a presidir en solitario venciendo en Bilbao. Pues no pudo ser. El Sevilla caía por quinta vez consecutivas ante un Athletic rocoso, fresco y convencido de que era lo que tenía que hacer para interrumpir a la apisonadora de Unai Emery.
Aduriz, que se marchaba lesionado con una contractura en la primera parte y tendrá que estar un tiempo de baja, volvió a ser el ejecutor de un equipo que mostró más vigor y un fútbol más hecho que en los últimos tiempos. Ahora Oporto y valencia medirán el alcance de la reacción de los de Ernesto Valverde.