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Athletic
1-0
Sevilla

¿Quién dijo que firmaba el empate en San Mamés?

Asís Martín

El Sevilla, tras cinco derrotas consecutivas en Bilbao, debe pensar que venir a San Mamés es un maleficio. Pero este domingo en el que se estrenaba la sala de prensa Jose Iragorri solo cabía inaugurarla con un triunfo de su Athletic Club ante uno de los líderes que quería serlo en solitario. Una victoria, lograda merced al trabajo colectivo y a un nuevo gol de Aritz Aduriz, que unida a la de Almería propulsa a los leones hacia la zona tranquila de la tabla con 11 puntos. Ha tenido un valor añadido extra visto el rival que tocaba en una semana de aúpa, en la que todavía hay que medirse al Oporto (a vida o muerte en Champions) y al Valencia en Mestalla.
Valverde volvía a apostar por Etxeita, hoy excelso, como pareja de Laporte y por De Marcos en la media punta, quedándose Beñat fuera del once. La idea era hacer valer una semana limpia de partidos para afrontar la batalla física que plantean los de Emery, de hecho el equipo no dudo en hacer 24 faltas y la primera tarjeta llegó a los 40 segundos. Lo malo es que fue para Aduriz e injusta, ya que el donostiarra cobró de lo lindo y tuvo que irse a la ducha antes de la media hora con una contractura en el muslo, mientras que M'Bia, que debía haber sido expulsado antes de llegar al descanso, no lo fue. Hubo cinco tarjetas en la primera mitad, cuando Estrada Fernández, muy muy mal, se guardó alguna más clara y decisiva. Es una buena escenificación de lo que se venía encima en una mañana de combate en la que los andaluces dieron el primer aviso con un centro-chut de Vidal que se paseó a milímetros de Bacca. La gran presión de los visitantes era un incordio que pudo romperse tocando bien la pelota, sin cometer los errorres habituales, ahí se notaba que en Almería se cogió aire mental, lo que dio fruto merced a un obús de Aritz que trituró la meta sevillana a los doce minutos. Una bolea de lujo tras un pase medido de Susaeta, quien por cierto acto seguido casi pilla a Beto desde 25 metros.
Un Athletic reconocible y firme
Daba gusto este reencuentro con las esencias rojiblancas, ya que se vieron minutos francamente buenos frente al equipo de moda, mandando y ofreciendo un derroche de poderío. Con eso se equilibraba el pulso con un contrincante muy intenso, tal vez el que más a día de hoy, que buscaba descaradamente la victoria sin esconderse. Pero hoy no estuvo a gusto. Atascado por dentro, sus contras, generalmente a la espalda de Balenziaga con Denis Suárez, eran peligrosas, pero los leones mantuvieron la cara alta ofreciendo un primer tiempo precioso de casta. Con Guillermo en liza, desde el 28, hubo que jugar más al aprovechamiento de espacios, pero el 1-0 es evidente que también favorecía ese desarrollo, en el que Beto salvó el posible 2-0 de Susaeta en el 35'. Markel ya dio otra imagen, más eficaz y más decidido antes de dejar paso a Aketxe. A ver si se les pega a unos cuantos más para recuperar el equipo que echara a la cuneta al Nápoles. Desde luego en el primer periodo ya se estuvo mucho más cerca para regocijo de la grada.
Un segundo tiempo de zanja y trinchera
Menos risueño con lo observado estaba el siempre peleón Unai Emery, que a la vuelta del vestuario dio salida al césped a Ever Banega y a Kevin Gameiro buscando menos músculo y más talento en la creación tan bien cortocircuitada por los bilbaínos. Pero el Athletic estaba más firme que los espartanos en el Paso de las Termópilas, bien puesto, llegando a tiempo a todos los sitios y sin conceder opciones a un rival que de la nada saca rubíes. La partida ofrecía más emociones fuertes que fútbol u ocasiones, con un rango casi más de eliminatoria, que acabaría cayendo del lado local.
Era tal el pulso, en el que se pitaron 35 faltas, que no había manera de llegar hasta las áreas salvo con algún centro desde las bandas. Ambos equipos estaban fortificados en un nivel de exigencia superlativo sabedores de que cualquier error podía suponer el KO, se defendía hasta con los dientes. Menos mal que no estaba por aquí Luis Suárez... Aunque más se echaba de menos a Aduriz porque casi no había presencia ofensiva, pese a algún cañito pinturero de Ager Aketxe, que hoy debutaba en Liga.
Ya estaba claro que la recta final iba a tener más de thriller que de comedia romántica pese a la entrada de Iago Aspas, que venía de meterle tres al Sabadell en Copa para añadir pretorianos. El combate pesado trajo la lógica falta de acierto, con muchos balones perdidos por ambas partes, amén de que la frescura física iba bajando a ojos vista. Gurpegui pasó a meter argamasa al centro del campo mientras el cronómetro, perezoso él, no terminaba de llegar al minuto 90. Y la verdad es que en la segunda parte casi no hubo ocasiones que reseñar, lo que siempre es un mérito del que va ganando.
Pero como manda la gallardía el Athletic fue capaz de trasladarse al pitido final atacando y sacando varios córners ante el marco de Beto mientras el público cantaba la marcha triunfal de Aida. Un triunfo coral y currado, de esos que aún saben mejor. Esto ya marcha, que no pare la máquina aunque habrá que ver si Aduriz y De Marcos pueden jugar ante el Oporto.
@asismartin

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