El invierno empieza a pelar en Bizkaia a modo. Han llegado el frío y las lluvias, algo que siempre supone un inconveniente a la hora de tener San Mamés inmaculado como una alfombra. Como es conocido el Athletic Club aplica un sistema de luz artificial para tenerlo lo mejor posible. Las máquinas emiten luz sobre el césped durante todo el día.
La jugada es que eso permite que la hierba disponga de la energía que necesita para crecer correctamente más allá del clima o el diseño del campo. De esta manera se ayuda al césped a realizar la fotosíntesis, además de aportar calor y proporcionar un secado del exceso de humedad que en Bilbao se da casi por hecho.