Viguera define, Susaeta empuja y los pivotes naufragan

El Athletic estuvo ofuscado y muy discreto ante el Alcoyano en una aliminatoria que se empinaba conforme pasaban los minutos. Únicamente la falta de pegada del equipo alicantino decantó una balanza que no respondió a la evidente diferencia de calidad y categoría. Los dos pivotes, Iturraspe y Beñat, una fórmula atractiva, naufragaron, Susaeta fue de lo único rescatable junto a Ibai en las alas y Viguera definió en la que tuvo para erigirse en el verdugo del equipo de Óscar Cano.

Un balance insuficiente a todas luces que, sin embargo, bastó para salvar los muebles y cruzarse ahora ante el Celta en los octavos de final de la Copa. Lo cierto es el estímulo superior del equipo se Segunda B se impuso a una medular que ni carburó, y que incluso empeoró cuando saltaron al terreno Mikel Rico y Muniain, algo inexplicable. La posiciòn de medipunta, con la que no se conectó, sigue sin encontrar inquilino. De hecho, descataron Julio de Dios, un jugador formado en La Masía y con unos fundamentos destacables, más Rubén Ramos, que en el doble pivote, arropados por los tres centrales que les cubrían la espalda, formaron un frontón inexpugnable. La falta de acierto arriba en las ocasiones sobre todo de Guilllermo mantuvieron la emoción hasta el minuto 90. Menos mal que los dos puntas que colocó de salida Cano, Isra Jerez y Alfaro son más jugadores de banda, por lo que no inquietaron a Herrerín. La salida en la segunda parte de un ariete especísifico como Ferrón fijó más las piezas. Con los deberes hechos llega el Atlético, una dura batalla en la que, a buen seguro, los estímulos se incrementarán.