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Athletic
1-4
Atlético

Atlético y árbitro se unen para amargar la Navidad bilbaína

El colegiado Hernández Hernández ha tenido errores gravísimos.
Asís Martín

Las visitas del Atlético de Madrid se han convertido en un suplicio. Te pegan y encima te ganan.  Eso es lo que ha pasado este domingo en San Mamés donde se ha impuesto (1-4) al Athletic Club con hat-trick de Griezmann (uno en fuera de juego) más otro gol de penalti inexistente, de Raúl García. Tan solo visto por el infame trencilla Hernández Hernández, que cambió totalmente el signo del partido. Una fea manera de cerrar el año 2014 pese al buen arranque de los leones. Si a alguien le gusta flagelarse también se puede recordar que Aduriz y Muniain serán baja ante el Deportivo al ser amonestados.

Era éste un choque de trenes, que sí, marcado a fuego por las importantes bajas de ambas escuadras (Iturraspe, Laporte, Koke, Mandzukic), pero con tanto en juego que no sabía que nadie 'cogería prisioneros'. Y lo bueno era que los leones, por fin, lo parecieron. Unai López fue de la partida en detrimento de Beñat, o de un Borja Viguera que no entró ni en la lista. La composición del once, con San José por Itu, delimitaba el estilo de juego. Tanto es así que ambos conjuntos empezaron jugando de forma similar, en largo y a buscar las espaldas rivales.
El ritmo era tremendo, no hubo casi ocasiones en todo el primer tiempo, pero el Athletic mandaba y fueron suyas. De Marcos volaba por el césped y Aduriz por el cielo, mientras la defensa colchonera le repartía 'Christsmas' a gusto. El problema es que los talentosos, léase Unai, Muniain o Susaeta, no la olían. Todo estaba basado en que Aritz bajara la lluvia de balones que le caía. Cosa que hacía, aunque era complicada con gente como Godín y Giménez, y por la distancia con los mediapuntas, que no aprovechaban sus peinadas.
Ayy amigo, pero el fútbol a veces devuelve el karma. Raúl García, que se estaba poniendo las botas a dar cera, no cogía bien a Mikel Rico que celebraba su partido 50 de Liga machacando a Moyá en una falta lanzada por Susaeta. Una gran noticia ya que eso obligaba además a los de Simeone a abrir líneas dejando la cueva. El de Arrigorriaga es un experto en marcar en San Mamés desde luego.
El Cholo no podía tolerar ver a sus hombres por detrás tanto en el marcador como en testiculina, con lo que el partido se endureció. Asomaron los tacos y las tarjetas, especialmente llamativa fue la patada de Griezman a Susaeta, que le dejó el tobillo triturado. Pero con eso se contaba. El Atlético campeón no se ha forjado con música clásica. Y el Athletic de hoy tampoco era de floritura. Cuando el que brilla es Rico, incansable, omnipresente, es que hoy toca death metal.
A los 38 minutos Aduriz tuvo una ocasión clarísima para resolver casi el partido, tras una gran salida de juego de Óscar de Marcos que se la puso en bandeja ante Moyá, pero no supo resolverla. Con lo que se llegaría 1-0 al descanso en un alarde de efectividad. Un tiro, un gol. Pero 'buebos' muchos, muchísimos.
Batacazo injusto a la vuelta
Toda la chispa de los de Valverde en la primera parte se pinchó al descanso. Seguro que los Globos de San Filippo hoy repartidos son más sólidos, porque encajar el empate a los 28 segundos de la reanudación no es de recibo. Griezmann, al igual que Rico, entró solo y fusiló a placer de cabeza a Iraizoz ante la pasividad de De Marcos. Y encima en el 51' Tiago con un piscinazo de escándalo lograba un penalti en el que el trencilla canario picó. Para colmo de males lo anotó Raúl García, otra de las bestias negras menos queridas por los athleticzales.
En sólo seis minutos la decoración había dado un cambio radical, siendo ahora los colchoneros los que tenían el plan en su sitio. Ir ganando, dejar pasar el tiempo y lanzar contras. Era el momento de ir con todo. Así lo entendió la grada y el equipo. Se vino arriba, pero los madrileños eran como las legiones romanas en la formación de tortuga. Coriáceos. Por eso Valverde optó por meter dos hombres arriba, dando salida a Guillermo. Sin embargo no hubo ni opción, porque a un error de Balenziaga se le unió un resbalón de Gurpegui que permitía a Griezmann resolver la contienda con el 1-3.
La última carta fue meter a Ibai jugando solo con tres defensas, y eso ya fue como ponerle millones a mano a Julián Muñoz, al instante Griezmann hacía el cuarto en flagrante fuera de juego, rematando el trabajito del colegiado. Vaya nevera te mereces, majo... Has estado sembrado. pero eso ya sólo sirve para amrgarse la vida, el mal estaba hecho y ahora todo para hasta el 3 de enero. Ojo que se cierra con escasos 19 puntos y hay tres competiciones.
@asismartin

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