Beñat Etxeberria acumulaba varios partidos enchufado, con mando en plaza, con metros por delante donde expresarse. Ante el Córdoba fue el mejor del equipo enlazando con su nuevo socio Ager Aketxe, incrustado en la mediapunta y haciendo las veces de Ander Herrera, al que le une cierto paralelismo. Un experimento que va tomando cuerpo, aunque el partido fuera áspero para el excesivo lucimiento.
Aketxe, que no terminaba de asentarse en una temporada irregular y accidentada, sobre todo en forma de lesiones musculares, en su debut en Primera División, irrumpió de nuevo los últimos minutos ante el Getafe destilando buenas sensaciones y debutó como titular (sólo lo había conseguido en Copa ante el Alcoyano) en Liga. En el Nuevo Alcángel, con minutos por delante y maniobras que construir, saltó decidido el zurdo canterano. Aketxe se supo manejar en un envite algo descontrolado, pero logrando lo que pretende Valverde en esa zona sensible de creación. Trianguló con Williams e Ibai, enlazó con Beñat y buscó a Aduriz, cogiendo el relevo de Unai López, en galeras las dos últimas entregas, de Mikel Rico, que no brilla en ese cometido, o de Viguera, que saltó en los compases finales. Y Aketxe armó su zurda en varias ocasiones, botó algún córner y se deslizó con desparpajo entre líneas, como si la presión no fuera con él. Aketxe ha podido llegar para quedarse, adquiriendo galones y peleando balones, un extremo que valora Valverde, que no permite relajos en la presión ni laxitud cuando el contrario recupera el esférico. Ante la Real se ha ganado la continuidad en la carrera de fondo en la que este curso se ha convertido la propiedad de la mediapunta.