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El paradigma Iraola

Asís Martín

Se ha escrito mucho del agur al Athletic Club de 'Don Andoni Iraola' este sábado en San Mamés. Pero hoy en ElDesmarque Bizkaia vamos a ofrecer una visión francamente diferente, original, que como van a comprobar nuestros lectores solo puede nacer de la mente de un cineasta. Sobre todo si es bilbaíno y athleticzale como Javier Arriaga.

El abanico de posibilidades se abre con el Producer/Director de Spektra Films, al que avala su amplia experiencia tanto en largometrajes de ficción, publicidad o de producción fotográfica. Pero mejor disfruten de su escrito, como lo hemos hecho del maestro de Usurbil.  Después de lo vivido el sábado en San Mamés con la despedida de Don Andoni Iraola, no deja de venirme a la cabeza una idea extraña. Algo que no es habitual en el Athletic sucedió.  El Athletic arrollador que recuerdo de mi infancia…  Esa película era Braveheart, una leyenda épica de empuje y por mucho que se sigan empeñando algunos en Madrid, de clase, de mucha clase. El día de la gabarra del 84 es el primer recuerdo que tengo de andar solo por la ciudad. Tenía once años, antes las cosas eran de otra manera y más si eras el cuarto hijo tardío. Creo que dije en casa que íbamos juntos todos los de clase (que seguro que fueron). En realidad, me fui a mi bola perlera por el margen derecho de la ría caminando desde Ibarrekolanda hasta el Ayuntamiento.  Recuerdo en la gente, en el aire y en las paredes, el espíritu de reconquista. La sensación generalizada de haber hecho retroceder unos metros la presión  de los invasores…  La leyenda de los once aldeanos (aunque estos jugadores ya no lo eran tanto) revisitada.  Sin embargo la película del irrepetible número 15 es otra. Ayer se convirtió, de golpe y porrazo, en un guión que cuando parecía que iba a quedar flotando en el confort de la amabilidad, discreción y de la sencillez de los personajes nos sorprende con un giro dramático que arrastra al espectador a un registro inesperado y al que no estamos acostumbrados ya; los finales redondos.  72 EXT. ATARDECER ESTADIO DE SAN MAMÉS. ATH-VILAREAL J.38. ULTIMA JORNADA TEMPORADA 2014-15 LFP. (Toda la secuencia se narra necesariamente en punto de vista de espectador en la localidad de mi hermano,  tribuna principal alta, sobre el córner)  El estadio está prácticamente lleno, salvo un peculiar triángulo posiblemente dedicado a los ausentes hinchas visitantes. Parece que al haber terminado la liga para ellos hace unas jornadas, no han encontrado motivación para gastarse los euros en viajar con el equipo.  Minuto 15, todo el campo en pié aplaude hasta hacerse daño en las manos.  Andoni Iraola protagonista de este segundo acto recibe el calor de la gente agradeciéndole que a lo largo de sus muchos años en el club haya representado siempre una forma de hacer las cosas ejemplar. Humilde, formal, trabajador, talentoso… y sobre todo, un gran tipo. (NOTA PERSONAL: Algo hacen bien los educadores infantiles del Antiguoko)  73 EXT. ATARDECER ESTADIO DE SAN MAMÉS. CONT.  El juego sigue un rato sin demasiada claridad, no hay grandes ocasiones. Se intuye que las diez bajas del rival sumadas a su ya asegurada posición europea en la clasificación liguera, generan dispersión y falta de intensidad en los jugadores Vilarroyales.  74 EXT. ATARDECER ESTADIO DE SAN MAMÉS. CONT.   El Athletic comienza a presionar…  El guión sigue por el curso de lo redondo, de lo exacto.  Ofrecen a nuestro protagonista lanzar el penalti pitado, él vuelve a poner una vez más el interés del equipo por encima de lo personal. Lo tira quien está establecido, Aduriz, panenkilla y… Gol!.  Es Andoni una vez más, Iraola, el diésel, el inteligente, el humilde en la vida y descarado en el césped. El que pone día tras día los centros para los goles de los demás…  Hoy, tal como están las cosas, resulta el referente debido para una generación que tiene como modelo general un tipo de futbolistas de deportivo macarra y paseítos por el casino. De cortes de pelo absurdos y de alegrarse por un hat trick personal a pesar de haber perdido en grupo la liga.  El karma… das lo que recibes. En las siguientes secuencias apoteósicas, un pase entre líneas de locura, una finalización de crack, una dedicatoria a su hijo que va por primera vez al campo...  Podría parecer de Disney, pero no. Aquí no hay clichés buenistas y de doble moral. Los triunfos aquí son veraces, huelen a sudor, a réflex y alguna vez a carne desgarrada y a sangre (¿eh, Julen?)…  Esta es una historia bonita, pero creíble.  Me gustaría escribir lo que queda, o aún mejor que lo hiciera algún Bilbaino guionista de oficio y talento. Luis Marías, Asier Gerricaechevarria, Patxo Tellería… yo que sé. Un montón de gente brillante que ahora ni me vienen a la cabeza. Y que lo dirigiera sin lugar a dudas Enrique Urbizu, que nadie como él ha retratado siempre Bilbao en distintas épocas y atmósferas. (Mentira y gorda, querría escribirlo y dirigirlo yo)  Sin embargo, esto es el mundo real.  Es ciertamente labor de la marea Athleticzale ser el fondo de extras, que como toda gran secuencia épica de masas, este final cinematográfico del sábado en el Camp Nou necesita. Pero son los jugadores los actores protagonistas que tienen la oportunidad de hacer que el año que viene ésta sea la película de referencia en todos los festivales de prestigio.  Podría ser el tipo de película que funciona para público y crítica, de las que transcienden más allá de la época y el lugar en el que se desarrollan. Historia de alcance universal por lo emocionante que resulta inevitablemente la épica de la victoria de los pequeños y porque es necesaria en esta sociedad la imagen de la humildad de los Andoni, Aritz, Gurpe, etc… recogiendo el trofeo.  Levantándolo al cielo de la memoria y generando la fotografía que a toda página ilustraría el correspondiente capítulo en el brillante aunque un tanto polvoriento libro de la historia del Athletic Club.  La pregunta ahora es: ¿El sábado pasado fue el clímax? Yo espero que no.  Espero que el sábado fuera el segundo punto de giro que anticipa la resolución de la escena de mayor significado e intensidad dramática de la narración. Ahora si, el climax del campeonato de copa, dejando para el epílogo la gabarra.   Mi sobrino, que se llama y apellida igual que yo por cierto, tiene once años. Y aunque el ya no puede zascandilear por las calles como lo hacíamos antes, si que está junto a todos los niños y niñas de su generación, en disposición de grabar en su memoria y en su personalidad futura una casi olvidada perspectiva.  Una vivencia de realismo mágico que les enseñe que el trabajo, la humildad y la fe hacen que valga la pena en la vida la aventura de creer en los sueños e intentar las cosas sin complejos ni soberbia y sin dejarse nada en el camino.  Mil esker Andoni. Aupa Athletic!
 
Por Javier Arriaga, Producer/Director de Spektra Films

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