El Gobierno ha defendido la decisión del Comité contra la Violencia en el Deporte de analizar los hechos antes de decidir posibles sanciones por la pitada al himno en la final de la Copa del Rey, pero, a la espera de ese estudio, considera que ese hecho no debe "quedar impune".
Según el ministro del Interior, Jorge Fernández Diaz "no cabe la menor duda" de que lo ocurrido el sábado en el Camp Nou fue "una incitación al odio". Lo sucedido, ha añadido, fue "un escarnio contra el jefe del Estado y el himno nacional" que "ofendió" a millones de españoles, según el ministro, quien ha pedido a los dirigentes catalanes que rechazan una posible sanción que digan cómo se sentirían si hubiera una acción similar contra el himno catalán.
Desde el mismo departamento de Interior, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha considerado que habría sido una "insensatez" que ayer se hubiesen impuesto sanciones porque antes hay que recabar toda la información. Es lo que ha planteado igualmente el ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien ha calificado de "prudente y medida" la decisión del Comité Antiviolencia aunque ha advertido ya de que la libertad de expresión no lo permite todo.
Por su parte, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha rechazado abordar este asunto con castigos por ley: "El PP siempre está con el Código Penal, parece la señorita Rottenmeier de la política", ha criticado. En la misma línea, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha apostado por hacer "pedagogía social" de respeto hacia los símbolos que representan a las instituciones, en lugar de promover sanciones.
El diputado de Amaiur Rafael Larreina ha criticado el "escándalo farisaico" que, en su opinión, se ha producido alrededor de este hecho, y los representantes de EH Bildu en el Parlamento Vasco Unai Urruzuno y Dani Maeztu han denunciado "la polémica interesada y sinsentido" que se ha creado.