Marco impulsa al Santutxu con "un poco de suerte y mucha dedicación"

Carlos Marco alardea de toda una vida emparentado con el Santutxu, primero como un rocoso jugador y después de entrenador. “Hemos empezado bien, a ver lo que dura y si sigue la racha”, calma pese a ser terceros contra todo pronóstico y sumar, por su parte, 200 partidos en Tercera, y 268 totales con el equipo de Mallona.

"Llevo ocho temporadas entre Tercera y Regional”, relata con cierta nostalgia un técnico muy reconocido en el panorama vizcaíno al que ningún club de Segunda B le ha condedido todavía la posibilidad de entrenar. Ha fichado este año, con 9 que siguen en el Santutxu y cuatro que han promocionado desde su Juvenil, a un jugador del Castro (Domínguez), otro del Gallarta (Aranbarri), otro del Apurtuarte (Erice), otro del Elorrio (Pradera), otro del Amurrio (Oribe) y uno de Regional (Rey, que lleva además dos goles) del Umore Ona.Con estos modestos mimbres, todo ellos captados tras un minucioso muestreo por los campos de la provincia y mucha imaginación, Marco coloca al equipo arriba, sin hacer ruido y con suma humildad. La receta, indica, estriba en “tener un poco de suerte y mucha dedicación". Una labor que comparte con el mítico presidente del club bilbaíno, Mitxelo Gómez. "Los dos tenemos muy claras las ideas del club y año a año vamos cumpliendo los objetivos”, relata. La logística, se resigna, la misma, en total precario por la saturación del campo de Mallona y su anexo: Entrenan en la mitad o en un cuarto de campo, tres días por semana, y por 150 euros al mes. Para enmarcar el valor de este Santutxu.