No se llama ´Cuco´. Es un apodo de su época de futbolista. Listo y picarón. Su nombre de pila es José Ángel, como Iribar, al que se apelaba ´txopo´ por su estampa de árbol alto, recto, elegante y protector.
Ahora que no lo es, futbolista en activo el navarro de Larrainzar, se le tiende a llamar por el apellido, Ziganda, por aquello del respeto debido a un cargo tan alto como el suyo: ´Comandante´ del segundo equipo del Athletic Club, entidad centenaria (“¡y a por todas!”) que, por los valores que representa y defiende, debería ser distinguida por la UNESCO como “Patrimonio abstracto de la Humanidad”, que, para que sea visto cuando de él se habla, se muta en una suerte de león fiero y aguerrido, pero humanizado por ese sentimiento de “gure estiloa” que se le inocula a cada ´pieza´ cuando nace.
Ahora que es entrenador, y no delantero centro al uso de antaño, se estaba diciendo, uno, periodista que pretende ser original a fin de no ser tachado de recurrente, visto el panorama, digamos que, para tener una imagen reciente, el paisaje que se escenificó el lunes 7 de diciembre a partir de las ocho y media de la tarde noche en San Mamés, uno, decía, que no puede ser otro que el que esto escribe, al reparar en el área técnica aneja a su banquillo, no puede evitar evocar a Gary Cooper y Errol Flynn, actores que ´sobreactuaban´, y no por ser expertos en el arte de fingir, sino porque trabajaban a ´chorramortero´ debido a su carisma y valía en el campo de la interpretación.
El Bilbao Athletic, luego de haberse disputado la decimosexta jornada de la llamada ´Liga Adelante´, es último en la tabla, pero colista atípico porque su adiestrador ha sido tan diligente, tan espabilado, tan cuco, que ha conseguido que el farolillo, que en invierno se convierte en candil de nieve, no sólo emita una intensa luz roja, de arrojo y valentía, sino blanca también, una suerte de luz deífica de esas que le permiten a uno ver algo muy bello al final del túnel de la ´liga-vida´ y dormir cada noche con la conciencia en paz y la mente sosegada.
Así lo veo yo. Voy más lejos: ¡así lo siento!
Ziganda, un hombre que, con una plantilla sobresalientemente devaluada con respecto a lo que se le dio para que lo manejara en el curso ´balompédico´ anterior (Arrizabalaga, Lekue, Merino, Willians, Salinas… que se han ido; Bustinza, Guillermo, Ruiz de Galarreta, Aketxe, y hasta Erik Morán, que no han venido), en una categoría inferior (Segunda B), donde en caldera bullen meritorios, segundones y hasta tercerones ( esos que en esta híbrida división juegan de prestado por caprichos del destino y/o mala gestión de sus mandatarios), un míster, en fin, capaz de hacer virtud de la irremediable necesidad de tanta ausencia, y agudizar su ingenio hasta límites insospechados que dejan boquiabiertos a colegas suyos de inmediato a haber susurrado, ¡Quinientos pases buenos por partido, por Zeus, qué técnica colectiva tan brutal la de este equipo plagado de veinteañeros y juveniles!, a un técnico, en fin, capacitado para hacer obrar a sus pupillos de manera celestial aún habitando un infierno metafóricamente ´Bosco…so´ y ´Dantes…co´, se le está pagando con calderilla, sino moneda falsa, desde el día aquel primero en el que se le obligó a firmar un contrato leonino (se las trae la palabra) por aquello de que, “cuando vengan mal dadas en lo estrictamente clasificatorio (se podía leer en la letra pequeña con gafas de presbicia), los que ahí te pusimos en su día haremos mutis por el foro catedralicio, de tal modo que en la tarima de este teatro tan bello que es tu fútbol la afición te vea solo, completamente solo, Solo ante el peligro, como Gary Cooper lo estaba en pantalla, con la única potestad de defender tu puesta en escena mediante tu verbo, que deberá ser ágil y sincero, del todo creíble para apaciguar a una afición antes de que se te convierta en plebe que cobarde brama contra perlas de la talla de Remiro, Gil, Vesga y hasta el mismísimo Undabarrena argumentado que “el portero se torna dubitativo, el central engreído, el zurdo sobrado y el director lento a modo de despistado hambriento que se deja comer la tostada”.
Ayer, barbaridades como éstas, sino clavadas, tuvo que filtrar mi oído camino del intelecto donde en cálida trena habita la comprensión, que se encogía de hombros a fin de no bracear para desbaratar la guarida de ladrones en que una cuadrilla de mercaderes con carné de feriantes, sin escrúpulos y ahogados en la estulticia, estaban convirtiendo esa casa de mi padre que, por sus dichos y sus hechos, por sus hechos y sus dichos, fue llamada para siempre CATEDRAL.
Ziganda lo está bordando. Anteayer, frente a otro equipo de esa docena larga de escuadras que parten de salida con la espada de Damocles pendiendo de la testa de su entrenador, para caer a plomo sobre ella (cabeza cortada, entrenador muerto) a nada que su equipo se distancie de la llamada zona noble que habitan los pretenciosos, 7 de diciembre, en San Mamés, a partir de las ocho y media de la tarde noche, Ziganda fue, por enésima vez en esta campaña tan larga que él llama fiesta y tanto le divierte, niño rebelde, travieso e irreverente que empieza tuteando al viejo y Real Zaragoza para terminar subiéndosele a las barbas.
El tempranero y estúpido gol de Ángel (10´) le dio los tres puntos al equipo de Popovic. Tan sólo eso. Pero es que un gol es un mundo aunque a veces parezca tan poco. Tras un duelo igualado en la propuesta de fútbol y en la intención del daño, mientras en la sala de prensa ´Jose Iragorri´ Ziganda hablaba de una fiesta colosal en la que se habían colado y de la que no querían salir porque los chavales, y él mismo en calidad de padre, se lo estaban pasando ´dabuti´, esgrimía, al mismo tiempo, un discurso interno, secreto, tan sólo a mi alcance y no me pregunten por qué, periodista privilegiado que tiene la certeza de que la ´partida lunática´ no se había decidido por el abuso, sino por la celada (la enésima), cuyo germen fue urdido en su propio seno, en el ´Senado del Athletic´, en aquella maldita sesión a la que él no fue invitado.
Ni usted. Ni yo. Ni su vecino. Ni siquiera sus parientes. Eran mentes. Otras mentes. Pensaron. Debatieron. Decidieron. Ziganda firmó. Aunque a la fuerza ahorquen, dirigir al Bilbao Athletic es un caramelo irrechazable, una ´cucada´.
Cuando la pelota empezó a rodar, ´dios´ enmudeció y no ha vuelto a decir palabra. Parece que a José Ángel Ziganda Lakuntza no le afecta. Pero cuando le oigo y lo veo, es como si a mí mismo me escuchara y en un espejo me estuviera mirando. En el Paraíso que es Lezama, sí, pero ´Solo ante el peligro´. La existencia. El vacío. La posada de Fernando Pesoa. La diligencia que te llega de madrugada y a la que, quieras o no, te tienes que subir camino del precipicio.
´Qué bello es vivir´. Sí. Rodeado de los tuyos. De fiesta en fiesta. Jugar al fútbol ´mazo bien´, como si bailaras. Magic Time. Van Morrison cantando Madame George y Ballerina en Hollywood. ¿Dónde está la trampa?...Repasa la letra pequeña del contrato que firmaste, ´Cuco´. Ah, sí…”Solo ante el peligro”…”Morirán con las botas puestas”. Como Gary Cooper. Como Errol Flynn. Bar ´Aurkene´. Portugalete.
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi'. Periodista y Exjugador del Portu.