La cara de Iker Munian en el cambio obligado por la expulsión de Gorka Iraizoz era todo un poema. Instantes antes, con el brazalete de capitán en su brazo izquierdo, todavía daba explicaciones al ínclito Mateu Lahoz. Fue el sacrificado, el primer daño colateral a una decisión equivocada del trencilla, que pudo despachar la jugada del minuto 3 con penalti y una amarilla.
Lo cierto es que el extremo de la Txantrea, que ha ido dosificando sus apariciones desde su recuperación de manera pautada por Valverde, debutaba como titular en Liga (en Copa lo hizo ante el Villarreal) y en el Camp Nou. Una excelente oportunidad de, con espacios, mostrar de nuevo su mejor versión. Pero esta abrupta acción le mandó de nuevo al banquillo, en unos metros en los que desfilaba con muecas de fastidio. Perdía una batalla, no la guerra. Valverde consideró que, con un Barça en superioridad, voraz y con un penalti a favor, lo mejor era mantener a Eraso para construir dos líneas de cuatro, con Williams como islote arriba buscando los balones al hueco. Todos los planes iniciales, con un once de titulares salvo el lesionado Raúl García y el sancionado Aduriz, se iba al garete a los tres minutos por una jugada puñetera. Para recordar, las dos claras ocasiones de Eraso, en la primera pudo cambiar el destino del partido si llega a aprovechar el servicio del propio Muniain tras robo de Williams. Precisamente el veloz delantero, que no pudo marcar, sí se sacó de la chistera tres pases de mérito, en uno de ellos De Marcos se plantó sólo ante Bravo, que le salió con un rayo a los pies. Fueron fogonazos en el marco de un set cruel, plasmado casi por inercia por un Barça al que no se necesita ni mucho menos allanar el camino. El segundo daño colateral fue reservar a Williams, dando entrada a Sabin Merino y a Beñat minutos más tarde. Los dos, más Muniain, estarán más descansados para la ida de Copa este miécoles en San Mamés. Sólo tres días de margen para meterse de nuevo en las trincheras y amenazar, como en la Supercopa, al talentoso equipo de Luis Enrique. Es mejor perder 6-0 una vez que varias por un resultado menos gravoso.