"El partido, la verdad, fue un poco desastre. Tengo un sabor agridulce porque debuté, pero para el minuto 40 perdíamos 5-0. El míster me dijo en el descanso que no me preocupara, que estaba bien y que siguiera ahí". Así recordaba, en 2010, Carlos Gurpegi el día de su debut con la primera plantilla del Athletic Club. Este jueves se cumplen exactamente 14 años del estreno del capitán de Andosilla como león.
Fue un 31 de marzo de 2002, frente al Villarreal, en El Madrigal. El Athletic afrontaba aquella cita tras haber caído con estrépìto por 1-6 ante el Celta, y con muchas bajas, sobre todo en ataque -Ezquerro, Tiko, Guerrero, Yeste y Lacruz-. Jupp Heynckes, míster del Athletic, hizo llamar para la ocasión a dos jugadores fijos en a plantilla del filial que entrenaba Carlos Terrazas, Aritz Aduriz -pese a no incluirlo en la lista inicial, optó por hacer viajar también- y Carlos Gurpegi. El navarro, a sus 21 años, ya había participado en varios amistosos y en bastantes sesiones preparatorias de la primera plantilla. Y aquel día en El Madrigal hizo su estreno oficial.
Heynckes recuperó para la ocasión su clásico 4-4-2. El técnico teutón compuso su rombo en el centro del campo con Carlos García por detrás, Orbaiz y Alkiza en las alas. Larrazabal, por necesidades del guión, jugó de central. Y Gurpegi, como media punta, una posición en al que ya actuaba en el filial pero en la que no se sentía cómodo del todo.
No fue el estreno soñado, pero Carlos Gurpegi dejó en aquel partido las primeras pinceladas de las virtudes del gran capitán en el que se convertiría: capacidad de trabajo, sacrificio, valentía, sentido de la solidaridad y liderazgo. Virtudes que le ayudaron a superar el tremendo golpe que el futuro le depararía poco después y una larga lista de lesiones que se cebaron especialmente con sus rodillas, su cruz.
Desde aquel 31 de marzo de 2002, Gurpegi ha acumulado en estas 15 temporadas un total de 389 partidos oficiales: 309 han sido de Liga, 37 de Copa del Rey, 39 de competiciones europeas y cuatro de Supercopa.
A principios 2015, el de Andosilla tenía prácticamente decidida su retirada. Pero la marcha de su amigo Andoni Iraola le hizo replantearse su decisión. El Athletic no podía perder a sus dos capitanes al mismo tiempo, y decidió renovar una temporada más. Levantar el trofeo de la Supercopa después de 31 años sin títulos, fue el merecidísimo premio a una carrera repleta de dificultades, de duros tragos personales y sinsabores deportivos, pero marcada por un compromiso eterno al club que le hizo permitió debutar en la élite.
Está será, salvo sorpresa, la última temporada en activo de Carlos Gurpegi. Por delante, un mínimo de 10 partidos para despedirse del equipo vestido de corto. La lesión de Aymeric Laporte le devuelve a escena. Ernesto Valverde le tiene entre las alternativas para cubrir el vacío del central galo en este tramo final y decisivo de la temporada. Si le necesita, ahí estará. Dándolo todo por el equipo. Como siempre.