Tal vez esta sea una de las temporadas, al menos que yo recuerdo, en la que el larguísimo parón liguero –si lo comparamos con otras competiciones como la Premier- va a ser beneficioso para el Athletic Club. Y es que, con franqueza, creo que hemos llegado a este punto del curso físicamente justos, ayunos de ideas y capacidad de reacción –incluido el entrenador- y, lo que es peor, con algunos jugadores antaño clave, instalados en el nihilismo más absoluto.
Y eso que personalmente nada tengo que censurar al equipo hasta la fecha en su desenvolvimiento en las tres competiciones en liza: jugará octavos de la Copa del Rey –difícil, pero no imposible-, clasificado para dieciseisavos de la Europa League… aunque los partidos de la liguilla jugados fuera de casa hayan sido decepcionantes; y sentado en la séptima plaza de la Liga, a dos puntos de puestos europeos y lejos de cualquier posición preocupante. Cada uno tenemos nuestra particular opinión sobre el juego ofrecido por los leones esta temporada. Hecha la salvedad de la irregular liguilla europea, en la que creo estaremos casi todos de acuerdo, en el torneo por excelencia –la Liga- los rojiblancos han ofrecido actuaciones notables, normalitas y decepcionantes. Como casi todos los equipos; ni más ni menos.
Recuerdo con particular escozor las derrotas en el Bernabéu y el Villamarín, y los empates frente a Espanyol y Osasuna. Pero como esto es una carrera de largo recorrido, no será hasta abril, mirando la clasificación, cuando podamos hacer una valoración competitiva del equipo. El comportamiento de los jugadores durante el año, los sistemas, las rotaciones… será otro cantar. Hablando de rotaciones. Está temporada comenzaba con una situación inédita con respecto a la portería: tres guardametas teóricamente igual de competentes –según el entrenador- rotando en una posición en la que desde siempre hay dueño y señor. La salida de Herrerín al Leganés supongo que fue un alivio para todos, pues ha permitido un nuevo statu quo –Kepa en Liga y Gorka el resto- en el que entiendo que toda la familia rojiblanca, excepto Iraizoz, supongo, nos sentimos cómodos. Dejo para el final a Yeray Álvarez, un defensa al que muchos seguíamos el pasado año en el Athletic B, y este año ha irrumpido en el primer equipo con una calidad, fuerza, descaro y autoridad impropios de un chaval y su experiencia. Para mi gusto ha sido la mejor noticia de la temporada… aunque ahora tenga que pasar unos meses en el dique seco por culpa de esa maldita enfermedad llamada cáncer.
¡Ánimo Yeray! Que superarás esta prueba como seguro habrás vencido otras hasta llegar a lo más alto del fútbol. Y ánimo y fuerza a los familiares que sé, por experiencia propia, que lo necesitarán.
Aupa Athletic!!!
Por Carmelo Rodrigo, socio del Athletic Club y contertulio en Onda Cero
(Bilbao, 1961). Licenciado en Derecho por Deusto y trabajando siempre en el sector financiero. Más de 800 artículos publicados y 16 años en radio, todo relacionado con economía, fútbol, toros y gastronomía. Habitual en San Mamés desde los 7 años y socio hace 36. Ahh!!! y seguidor del Athletic por toda España y medio mundo. Más información en www.carmelorodrigo.com