Es Noticia

El Dato: Zubizarreta, la gran apuesta de Clemente

Athletic El Txistu

Forjado en la cantera del Alavés, llegó al primer equipo del Athletic Club como un reto personal del entrenador que le convirtió en la última gran leyenda de la portería de San Mamés.

De los diez jugadores que a lo largo de la historia han llegado al Athletic procedentes directamente desde el Deportivo Alavés, dos se convirtieron en leyendas: Victorio Unamuno en 1928 y Andoni Zubizarreta en 1981.   El primero fue un goleador imparable e impecable, un hombre de gol, uno de esos estiletes que tenían el gol como único objetivo en tiempos en los que los equipos jugaban con cinco delanteros. Fue un mito. Un jugador de unos registros espectaculares, con un total de 130 goles en 147 partidos en el club. Máximo goleador guipuzcoano de la historia del Athletic, record que estableció en 1942 y que ha sido derribado hace poco más de un mes por Aritz Aduriz que suma ya 134.   El segundo fue la gran apuesta personal de Javier Clemente cuando el presidente Beti Duñabeitia en 1981 le encargó la dirección del primer equipo. Con Iribar retirado en 1980 tras 18 años insustituible en el arco de La Catedral, el debate sobre su sucesión lo zanjó el rubio de Baracaldo con el fichaje de Andoni Zubizarreta, un joven guardameta forjado en la cantera del Alavés, reclutado por el propio Clemente para el Bilbao Athletic que él mismo dirigió y que le subió de su propia mano al primer equipo.   El golpe de timón de Clemente fue rotundo. Colocar a Zubizarreta en la portería de San Mames significaba echar la responsabilidad del puesto más medido por la hinchada rojiblanca en un prometedor pero inexperto portero que cuando debutó en el primer equipo no había cumplido los 20 años. Clemente lo tuvo claro. Titular desde el primer partido de Liga. Y desde el primer partido de Copa, el de su debut en Las Llanas contra el Sestao.   La decisión de apostar por el gazteitarra suponía descartar como primeras opciones a un Andoni Cedrún, hijo de una gran leyenda en San Mames, como Carmelo y que tras su salida del Athletic en 1985, después de una cesión en el Cádiz, recaló en el Real Zaragoza, club donde tocó la gloria convirtiéndose en Campeón de la Recopa de Europa en 1995; Y a Carlos Meléndez, otra portero formado en Lezama. Ambos fueron los eternos suplentes de Zubizarreta.  Tras cinco años históricos en San Mamés, Andoni Zubizarreta, heredero de los grandes porteros del Athletic como Ibarreche, Blasco, Lezama, Carmelo e Iribar, y tras un palmarés de dos Ligas, una Copa y una Supercopa, fue traspasado contra su voluntad al F.C. Barcelona, entidad en la que lo ganó todo. O ganó lo que le faltaba por ganar.   La negociación en un hotel de Zaragoza en verano de 1986 tras el Mundial de México entre el presidente del Athletic, Pedro Aurtenetxe y los emisarios culés, fue digna de otro capítulo tras la posición del guardameta de no moverse de Bilbao. 90 millones de pesetas y obligar al Barcelona asumir el coste total de la operación que supuso el traspaso de Vicente Biurrun de Osasuna al Athletic, fueron las condiciones impuestas por Zubizarreta para aceptar a regañadientes el fichaje. Eso y la petición casi expresa del dirigente rojiblanco para que no obstaculizase una operación ventajosa para los intereses bilbaínos. O por lo menos, vista de esa manera por Aurtenetxe.   Para la historia, Zubizarreta ha quedado como el último gran portero de nuestra historia. Entre Blasco, Lezama, Carmelo, Iribar y él, escribieron 55 años de leyenda. Cinco porteros en casi seis décadas. Desde su salida, por la portería de San Mames han pasado como titulares ocho guardametas. Ocho en treinta años. Pero eso. Eso es otro debate.

Por Iñigo Crespo, periodista y gesto5r de la cuenta 'Athletic El Txistu': Peña Oficial del Athletic Club.

@athletictxistu

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar