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Clemente explica a fondo su cisma con Sarabia

ElDesmarque

En la amplia y jugosa entrevista que Javier Clemente ha concedido a la publicación Jot Down se puede conocer su opinión de muchos asuntos, algunos también referidos a su casa de siempre, el Athletic Club. En ese sentido el de Barakaldo ha ofrecido por ejemplo su versión de un espinoso tema que le ha perseguido de por vida: el 'caso Clemente-Sarabia', que le costó su primer despido de la entidad de Ibaigane cuando había sido recientemente bicampeón de liga. Todo un cisma que desgrana de forma extensa en esta publicación.

"Antes de ir a lo que pasó concretamente, es importante que explique lo que yo pienso del fútbol. Para hacer al Athletic campeón impuse una forma de convivencia. Y si tú en un grupo aceptas las prebendas, es decir, que el bueno viva mejor que el malo, que el bueno coma churros y el malo no, que el bueno sea un poco golfo y al malo le montas bronca en cuanto sale un día… si permites eso, estás muerto. Un equipo tiene que funcionar por grupo. En la selección hice igual y eran todos grandes figuras. Siempre he hablado en grupo, nunca he tratado diferente a un debutante que a Zubizarreta. El compromiso, la dedicación y el comportamiento tienen que ser los mismos.  En el caso que comentamos, para mí Manolo Sarabia era de las figuras del equipo. Técnicamente era el mejor. No era fundamental, pero la calidad que tenía no la tenía nadie. Cuando entré en el Athletic Manolo Sarabia estaba defenestrado. Con Koldo Aguirre era suplente. Yo consideraba que era un tío muy bueno, así que cuando llegué al primer equipo lo puse de titular. Era muy técnico, pero tenía un nivel físico horrible, unas pruebas médicas lamentables, pero el tío tenía mucho carácter; un carácter de ganador que le hacía esforzarse.  Claro que, cuando lo cogí, tenía ya veinticinco años. Jugó tres a un nivel muy alto, con mucho esfuerzo, y empezó a bajar. Seguía siendo igual de bueno, ¿eh?, pero cambié el concepto del equipo y, en vez de sacar a Manolo desde el principio, concebí un Manolo para las segundas partes. Íbamos muy bien clasificados, terceros, pero él no soportó no ser titular. Yo tenía problemas con un periódico de aquí, El Correo, con un tal Paco Crespo, que era un golferas nocturno y coincidían bastante en sus escapadas. Yo a palo limpio con el periodista y Sarabia con él por las noches. Cuando lo puse de suplente, empezó a hacer declaraciones reivindicando que él tenía que ser titular.  Nunca he tenido miedo a las declaraciones de los jugadores. Así que delante de veinticinco compañeros le dije: «Oye, Manolo, aquí pone: “No es justo que no juegue de titular”. ¿Has dicho esto?». Contestó que sí y seguí: «Pues díselo a aquel, al que ha jugado en tu lugar. Explícaselo a él». Y Sarabia: «No tengo que explicar nada». «¡Tú lo que tienes que hacer es callarte! Si no juegas pues te jodes. Somos veinticinco, hay once que juegan y catorce que no y tú te jodes y juegas cuando te toque».  La cosa siguió. Cada equis tiempo, declaraciones. Estaba harto. Entonces, en un partido contra el Hércules, puse a Sarabia en la convocatoria pero de suplente. El titular de El Correo fue «Sin Sarabia». Fuimos al partido, salió uno de los chungos, el Hércules nos dio guerra. Íbamos empate a cero. Necesitábamos marcar para seguir arriba y el público empezó «Sa-ra-bia, Sa-ra-bia». Y yo para mí: «Pues te vas a joder que hoy no te saco, me cago en su Dios, aunque me tiren botellas». Faltando cinco minutos, metimos un gol de casualidad, 1-0, y a la caseta. Ahí me di cuenta de lo que tenía que hacer en la siguiente jornada: no convocarle. Así el titular de El Correo no podría ser «Sin Sarabia». No le convoqué y nada, me echaron".

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