De esquemas, centrales y reconocimiento a Valverde

El contundente 0-3 en Balaídos, que pudieron ser aún más, dejaba el reguero de la cuarta victoria consecutiva de un Athletic Club que acaba las Ligas, una vez más a las órdenes de Ernesto Valverde, como un tiro. Por cierto que el técnico de Viandar de la Vera, con su futuro en el alero, fue ensalzado por el numeroso público rojiblanco (casi dos mil) congregado en las gradas al grito "Valverde, quédate". Un lema que aún no se ha lanzado, incomprensiblemente, en los partidos de San Mamés.

Un partido del que al margen del ensalzado Raúl García, con su espectacular doblete, se pueden destacar otros detalles de un envite en el que hay que reconocer los méritos del equipo, por mucho que el Celta estuviese pensando más en su cita europea ante el Manchester y que Berizzo tirase de muchas rotaciones.
En esta ocasión, el Athletic supuso gestionar los tiempos y por inercia apuntillar a un rival siempre incómodo con mimbres rápidos y de talento. Valverde se abrazó con Berizzo en varias ocasiones, generando cierto morbo porque al técnico argentino se le ha situado como su sustituto con mayor predicamento, aunque también en las quinielas de Sevilla y Valencia. Se pudo comprobar también que Williams se desenvuelve con soltura de 9, amagando y saliendo en carrera. Se fabricó tres ocasiones de gol de la que una acabó en la madera de Sergio Álvarez.
Que el tándem de centrales Yeray - Laporte es la que mayor futuro tiene en Primera División. Juventud, calidad y anticipación al poder. Y eso que el galo tuvo dos golpes en el rostro que no le descentraron. También que es un primor ver a Kepa Arrizabalaga funcionar con el pie. En una de sus salidas al balcón del área se permitió el lujo de darle con el interior, en un alarde técnico que levantó la admiración de la grada pese a su lógico riesgo.
Y Valverde volvió a tirar de su repertorio técnico con los cambios. La entrada de Rico e Iturraspe recompuso su zona ancha, con el de Abadiño incrustado entre los centrales y San José, brutal ante el Celta barriendo todos los balones posibles, y el de Arrigorriaga por delante, en un dibujo 4-1-4-1 para sujetar las últimas acciones del equipo celeste. Por cierto que Rico marcaba su primer gol fuera de casa en un balón cruzado. Hasta el momento sus 12 tantos en el Athletic los había convertido en San Mamés. Un colofón dde lujo a una noche redonda.