Es cierto que algunos da la sensación de que le tenían en su punto de mira desde el mismo momento en que cumplió su sueño de ser nombrado entrenador del primer equipo del Athletic Club en lugar de Ernesto Valverde.
También que ha habido en 2017 una situación deportiva complicada, acribillados a lesiones, sin fichajes, con dos previas en julio... con disgustos ante equipos como el Zorya y el Formentera o la cercanía de los puestos de descenso que hizo que algunas voces pidieran su cabeza. Es más, el propio Cuco Ziganda reconoció que "sé perfectamente que en otro club mi situación habría sido otra".
Su dedicación y lucha es innegable, pero el empate ante la SD Eibar trajo un escenario nuevo. Sin discutirse ahora los resultados, -aunque casi todo sean empates el equipo suma 10 jornadas sin perder o fue campeón de grupo en la Europa League, el balance de goles es positivo-... sin embargo parece que la afición se está empezando a cansar de lo que se le ofrece, silba y no entiende esa frase en rueda de prensa de "necesitamos gente que salga y corra". En San Mamés el equipo ni enamora, ni manda ni marca goles ni, por tanto, gana a menudo (3-5-2).
Tras cuestionarse la ambición mostrada en Cornellá y en el Coliseum, ante los de Mendilibar la parroquia terminó de explotar con el mal partido, con la imagen de estar agarrados a Iago como naúfragos, rematado el 'pastel' desde el banquillo por un cambio final de Vesga por Susaeta que sentó a cuerno quemado. El técnico, al que ya se cuestionó su empecinamiento con la pareja San José-Vesga o la postergación de Iñigo Córdoba, admitió en sala de prensa que "no he ayudado mucho con los cambios".
Justo cuando también se rastrea con lupa su actuación en el tema Aymeric Laporte, un caso, como en el de Kepa Arrizabalaga, en el que el míster de Larrainzar ha lanzado al aire aquello de "no miento" y "sigo sin mentir", es cuando parece estar más en entredicho cara a futuro cuando concluya la campaña.
La pregunta es clara, una vez más en ElDesmarque consultamos a nuestros lectores.
Ziganda dimisión