Cita: “Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria”. GROUCHO MARX.
En su época más fecunda, en el momento más álgido de su carrera de escritor, este periodista, que escribe contra corriente en ElDesmarque Bizkaia, en otro mundo, en otro espacio, en otro tiempo, se hacía fuerte en su baluarte de la ´casa de los sueños´ para, mientras la noche dormía, mientras las flores cerraban sus pétalos cual pestañas humanas, despertar su yo más profundo a base de escribir sin más redactor jefe que su propio instinto liberador.
Entiéndase: sin un gurú que lo guiara, sin un método en el que basarse, sin un profesor que le enmendara la plana (acaso ´Polar´, la más fiel lectora de la ´Lista de Pin´ que delatara el bueno de Paco Prieto a instancias de Primitivo Soto ´Primi´), escribiendo, se decía, las crónicas de los partidos de fútbol que su equipo de nacimiento, el Club Portugalete, recién había consumado en el ´Paraíso Terrenal´ que para él fue, es y será siempre el estadio de La Florida... Él no era consciente, porque al escribir no se leía, de que la sensación más votada tras la lectura de su literatura futbolística por parte de sus seguidores era que, “Cómo se nota que eres un ser profundamente creyente y religioso”. Por qué, les interpelaba, “Recurres a la Biblia como si no hubiera otro libro en el mundo en el que saciar tu sed”, Soy agnóstico, “Quién lo diría”, Yo mismo, autor y firmante, aunque me sirva del viejo Samuel Agirre para esconderme del mundo y sus gentes, “Y a cuenta de qué tanto aludir así al Antiguo como al Nuevo Testamento”, Es lo que más a mano tengo, en la escuela lo aprendí, para tomar en préstamo esa riada de metáforas tributarias que se funden en el mar de alegoría... Y fue así que desde el inicio, “LOS REYES SON LOS PADRES” (o como Melchor, nombre de rey mago y entrenador del Erandio, visita La Florida para ´joderle´ la mañana al Portu, en el que, como capitán, milita su hijo ´Txitxi´) hasta esos puntos suspensivos que se pintaron tras “EL APRIETO DE DIOS”, un tratado para hacerle entender a la gente que el Portu de Ezequiel Loza le había derrotado al Oiartzun (3-1) de ese modo tan deífico de apretar por el cuello al rival sin tener que llegar al ahogo, ya fuera el perdón misericordioso por pura bondad o por la incapacidad de alcanzar el asesinato... Se acordó de José Saramago el cronista: “El dios de la biblia no es de fiar”, había declarado en confesión a la prensa el virtuoso literato lusitano, “lo mismo perdona que mata; la biblia es un relato de incestos y de crímenes contra la humanidad por parte de un dios tirano, caprichoso y sanguinario”. Llovía sobre mojado. Pero el esposo de Pilar del Río ya estaba escarmentado desde el día aquel en el que, tomando de la mano a su idolatrada esposa, tuvo que exiliarse en Tías, Lanzarote, tras el ensañamiento de la iglesia y gobierno portugueses de seguido a la publicación de ´El Evangelio según Jesucristo´, una de las joyas de la obra literaria del llamado a ser Premio Nobel de Literatura... El comienzo de esta ´contracrónica´ no es un ´affaire´ a la sopa tolondra: tiene ´su aquel´. Está fundamentado, primeramente, por ese pasmo que, semana a semana, me produce verificar que los diferentes medios de comunicación que per-siguen al Athletic, dotando del debido derecho a sus más ilustres cronistas, son capaces de convertir en periodismo deportivo el desbarre, los desmanes, las tropelías, la catástrofe, el desastre generalizado en que el equipo de Ziganda ha convertido los partidos que el Athletic, mi Athletic, nuestro Athletic disputa por imperativo del calendario liguero que quedó fijado tras el sorteo que precede a todas y cada una de las temporadas. Admiro, por ejemplo, a todo cronista por el mero hecho de seguir ´alienado´ por ese incorrectamente llamado ´fútbol´ que practican los leones adiestrados por ´Cuco´ Ziganda. Admiro del cronista ese no echarse a un lado para abrazar, es un decir, el periodismo de Sucesos, Ecos de Sociedad, Alineamiento de Esquelas o echarle una mano a Olmo a fin de que Don Celes siga dando guerra con su ´bigote a lo Marqueta´ y esos sagutxos que le invaden la casa sin remedio. Aún sin poderme meter en su cabeza, tengo para mí que, a estas alturas del curso, tratar de ´futbolizar´ lo que el Athletic escenifica en los estadios es una tarea más complicada que tragarse en comunión las tan manidas ruedas de molino. Pero escriben, siguen escribiendo, luego ´tragan´, para que el Athletic cabalgue: les va en el sueldo... Tras el Athletic-Eibar, 28 de febrero, San Timoteo, ´día de Penitencia´, en el envite número dos de la segunda vuelta de la ´Liga Santander´, ni por asomo imaginaba que el pasaje bíblico al que me veía obligado a recurrir para contrarrestar la crónica de mi compañero Asís Martín ya había sido utilizado por un colega que se dedica a letrear sobre la vida y milagros de su Real Zaragoza. Buceando en internet, me he encontrado con un titular que venía a colación del poso alegórico que en el tamiz de mi conciencia de periodista había dejado el esperpento que mis ojos habían soportado en San Mamés. En su ´El Carril del Diez´, Kevin Serrano, Coordinador de ´AragónSport´, titula su reflexión: “Siempre hay un justo en Sodoma”. Me da por leer, como no podía ser de otra manera, y descubro lo que se me anticipaba: “pecado inmerso y clavado en cada persona que allí habitaba... Sodoma ardió en fuego y azufre... Pese al pecado generalizado entre todos los sodomitas, y aunque no se consiguiese encontrar ningún justo, allí lo había: Siempre hay un justo en Sodoma. Y en el conjunto blanquillo es Leo Franco”. La Biblia, sin embargo, en lo que respecta a Sodoma y Gomorra, no se presta a revisionismos por parte de la iglesia católica: lluvia de fuego y azufre, dos ciudades (acaso cuatro) arrasadas por la ira de un dios llamado Yahvé, habitantes junto al Mar Muerto que Abraham, siervo fiel del ´señor´, no pudo defender al no hallarse entre ellos ni un solo hombre justo más allá del afamado patriarca, su sobrino Lot, vecino de Sodoma, su esposa, Edith, y las dos hijas del matrimonio... Antes de consumarse el genocidio, Abraham había negociado con ´el Señor´ tratando de ablandar su corazón: desde ...¿Y si hubiera 50 hombres justos, perdonarías al conjunto de las poblaciones?, imploración de Abraham, hasta el “Ni uno solo he hallado” de Yahvé, “luego, coge tu familia y huye porque en plazo breve haré que sobre ciudades tan pecadoras derrame mi ira convertida en torrencial lluvia de fuego y azufre”.
Sabiendo cómo se las gastaba el dios de los judíos, Abraham alertó a su sobrino para que, junto su familia, pusiera pies en polvorosa. Lo que posteriormente aconteció, quién no lo conoce: ¡Sodoma y Gomorra son dos bolas de fuego que giran sin que los que se dieron a la fuga vean, excepto la mujer de Lot, Edith, que giró su cuello, que miró hacia atrás, estatua de sal, la culpa fue suya, porque, ya se dijo, así como la curiosidad mató al gato, ese no obedecer a dios por el impulso de contemplar tamaño espectáculo, le costó la vida a la esposa del sobrino de Abraham, Lot, el resto de la familia, salva porque dios viva la quería, no así Sodoma con su ´sodomía´, ni Gomorra con su ´gorromía´... El ´City´, por boca de su ´patriarca´ Pep Guardiola, le avisó a Aymeric Laporte, “No juegues, huye de La Catedral, de San Mamés, abandona el Athletic, que en Britania (“isla de los hombres tatuados”) está tu tierra, y te espero. No juegues porque, así como Abraham supo de los planes de Yahvé, yo te aseguro que sobre San Mamés, luego de tanto y tanto pecar los leones y su adiestrador (delito imperdonable pues la parroquia de la Catedral, fiel, pero, sobre todo justa, así lo demandará con ensordecedor griterío), del cielo, con furia divina, una torrencial lluvia de fuego y azufre caerá (tras el empate, momento en el que Laporte se colocó de espaldas al campo) porque ningún futbolista justo había hallado “aquel que en las alturas hilvana”.
Laporte, por Guardiola asesorado, no miró al campo instantes antes de que el Eibar marcara, empate a fuego, terrible ruido tormentoso. Sin embargo, miles y miles de estatuas de sal sedentes e inertes en sus butacas de patio: ¡todos éramos 'la mujer de Lot'!... Al día siguiente, los diarios hablarían de fútbol. Para pasmo mío, y también admiración, ¡qué tenaz es el periodista deportivo que sigue y persigue al Athletic hasta cronificarlo como si en ello le fuera la vida!, vidas perdidas, únicamente Laporte se salvó, él y los suyos, que tiraron hacia el Norte guiados por una estrella ornamentada de euros, City es el nombre, Manchester la ciudad. La metáfora. La alegoría. El Athletic es una leyenda encerrada en la Biblia.
Me niego a cronificar al Athletic como un equipo de once que se dedica a la práctica del fútbol, deporte, juego que han pervertido a base de pecar de manera abominable. Yo no trago. Mas admiro, penas y penurias, ejemplo paradigmático, la profesionalidad de mi compañero Asís Martín a la hora de hilvanar su enésima ´Crónica del Metro´. Por Luis María Pérez, Kuitxi. Exfutbolista y periodista