La Comisión de Control, Ética y Disciplina de la UEFA ha confirmado este jueves la resolución del expediente abierto por los incidentes ocurridos durante el partido de la Europa League que enfrentó al Athletic Club y al Olympique de Marsella en San Mamés el pasado 15 de marzo. El organismo europeo ha decido sancionar al OM con la prohibición de vender entradas a sus aficionados para los dos próximos partidos que juegue como visitante, durante un periodo probatorio de dos años, y multarle con 30.000 euros por los incidentes provocados por sus hinchas en Bilbao.
La prohibición de vender entradas está condicionada durante un periodo probatorio de dos años, pero el club francés no podrá distribuir localidades entre sus seguidores para el partido de ida de cuartos de final de la Europa League que jugará en el campo del Leipzig alemán el próximo 5 de abril.
Además, la comisión disciplinaria de la UEFA ha resuento resolvió que el equipo local no deje a disposición exclusiva de los aficionados visitantes al menos un cinco por ciento de la capacidad de su estadio autorizada por la UEFA.
La multa de 30.000 euros al equipo de Marsella completa la sanción impuesta por la comisión disciplinaria de la UEFA, que responsabilizó al equipo francés de encendido y lanzamiento de bengalas y de incidentes de público, en incumplimiento del artículo 16 de su Reglamento Disciplinario.
El Olympique de Marsella se impuso por 1-2 al Athletic Club y se clasificó así para los cuartos de final de la Europa League en el estadio de San Mamés, en cuyo interior la Ertzaintza detuvo a tres hinchas, dos franceses y un belga, por agredir a dos vigilantes de seguridad, uno de ellos herido en el cuello con un objeto punzante y otro con una lesión inciso contusa en la mano derecha, con herida en el dorso de la misma y una fractura del cuarto y el quinto metacarpianos.
Antes del comienzo del encuentro los seguidores del Marsella encendieron bengalas y una de ellas cayó al anillo inferior del estadio. Después se produjo una pequeña carga de la Ertzaintza en la zona donde había unos 800 aficionados franceses.
Éstos accedieron escoltados y sin incidentes al estadio de San Mamés, en cuyas inmediaciones falleció tres semanas antes un agente de la Ertzaintza durante los enfrentamiento entre seguidores radicales del Athletic Club y el Spartak de Moscú, en la jornada previa de la Europa League, sobre los que la UEFA no ha emitido ningún expediente de sanción.