Fue tal el repaso que el siempre temido Villarreal se llevó en su estadio de La Cerámica que el 1-3 final, con goles de Iñigo Córdoba, Iñaki Williams e Iker Muniain se antojó muy corto para los merecimientos vascos. Si no es por el meta Sergio Asenjo, la puntería o hasta el poste los leones pudieron haber hecho un agujero en el casco al 'Submarino Amarillo' de esos que se recuerdan durante años.
Lo cierto es que la afición del Athletic Club se acostó feliz pero dándole vueltas a la pregunta que ronda este martes todas las cabezas: ¿Por qué no se ha jugado así de sólido y bien al menos en algunos momentos de una temporada tan decepcionante?
Los vizcaínos marcaron pronto, crearon cerca de 15 ocasiones de gol, llevaron la presión alta hasta desdibujar a un rival de zona europea que jugaba en un campo considerado maldito, y a todo esto, encima, sin necesidad de que Kepa Arrizabalaga diera muestras de su magia. Ayer el meta de Ondarroa casi hizo running por el área para no enfriarse, mientras otros 'guadiana' como Ander Iturraspe dieron un tutorial de cómo gobernar un centro del campo.
Pero al acabar el choque, pesimamente llevado por el gallego Iglesias Villanueva por cierto, como dijera José Mourinho, muchos se preguntaban ¿por qué? ¿por qué?... ¿por qué ahora? ¿por qué no antes? ¿por qué tan tarde ya?
En fin, seguro que hay múltiples teorías, y en ElDesmarque Bizkaia somos amigos de que nuestros lectores nos compartan la suyas.