La Real Sociedad, a expensas de un posible movimiento desde el Athletic Club de Bilbao, está intranquila. El próximo 31 de agosto se cerrará el mercado de fichajes y hasta entonces no tendrán la certeza sobre la continuidad de Mikel Oyarzabal como txuri-urdin. Mientras tanto, el club donostiarra otorga galones a su canterano.
Mikel Oyarzabal está cobrando mucho protagonismo también en las redes sociales de la entidad guipuzcoana. Con tan sólo 21 años ya puede lucir el brazalete de capitán en ausencia sobre el verde de Zurutuza o Agirretxe. Es Illarramendi el primer capitán de la plantilla.
El delantero no solo hereda la capitanía de Xabi Prieto si no también su dorsal; el "10". Desde Zubieta, quieren que el eibartarra, recoja el legado de un jugador que ha sido clave en la era moderna de la Real Sociedad. Se le vio visitando el jueves pasado las obras de Anoeta junto el resto de capitanes del club. Es uno de los rostros más visibles en las últimas jornadas en el entorno blanquiazul.
Por el momento, fuentes cercanas del Athletic Club afirman que no hay oferta por el internacional sub-21. Desde la partida de Kepa, en San Sebastián, aguardan algún movimiento ahora que las arcas zurigorris tienen una fuerte capacidad de puja. Igual que ocurrió cuando salió Laporte y se le suplió con Iñigo Martínez.
En Donostia, solo tienen dos opciones: blindar a su jugador con una mejora de su contrato confiando en su amor por los colores o bien aceptar su salida. Según avanzó Radio Marca Donostia, el club se reunirá de inmediato con los agentes del jugador para frenar su marcha al Athletic. El hipotético contrato en Lezama para el delantero doblaría sus emolumentos como txuri-urdin.
El actual contrato de Oyarzabal lleva el marchamo de la claúsula anti-Athletic. Su cláusula de rescisión es de 50 millones, pero aumentaría a los 60 si la marcha se efectuara hacia Bilbao. Algo que la directiva que preside Josu Urrutia no está dispuesta a aceptar.
En Ibaigane se entiende que si el jugador paga por su libertad no puede ser penalizado con 10 millones extras en función del destino que elija para marcharse. Algo por lo que se está dispuesto a pleitear.