Los leones se convirtieron en gamos

Tras casi 20 días el fútbol de LaLiga Santander retornaba a San Mamés con un 'platazo': todo un Athletic Club-Real Madrid. La prueba del algodón podía decirse, en la que los de Berizzo tenían que demostrar que este nuevo proyecto va por el buen camino. Pues dejó buenísimas señales en un (1-1) con goles de Muniain e Isco, en el que los bilbaínos se dieron una paliza de muerte amparados en un sobresaliente Unai Simón.

Las dos primeras citas han demostrado que existe un aire de cambio, pero el ir de tú a tú ante un rival así ha sido el empujón que necesita Berizzo para terminar de convencer a la grada de La Catedral. Hoy 46.413 espectadores (con Día del Club) han aplaudido a rabiar. Quieren que los rivales sepan lo sufrido que es venir a jugar Bilbao.

El DT argentino desde luego probar prueba... aunque alguno lo llamará dar bandazos. Hoy volvió Iñigo Martínez, Beñat paso de la grada al once, donde seguía Unai Simón (sin novedades de Álex Remiro dijo Josu Urrutia en Movistar), mientras que Dani García, Raúl y el de Igorre armaron un novedoso centro del campo.

Pese a la presión vasca el Madrid avisó al minuto de que en 6 toques te hace una ocasión clara, se fue, vía Modric, por un pelo. Los de Lopetegui dominaban la pelota, lejos de la flecha de CR7, ahora la tienen, la mueven y, si pueden, te matan... pero no andaban tampoco sobrados. Tal vez por la Champions que le viene.

El Athletic se dejó la piel en un partido fuerte, muy físico, más propio de otras alturas de la temporada, que encantó a San Mamés

El Athletic jugaba a la contra, donde Williams, Berchiche o Susaeta también tuvieron sus ocasiones. Los marcajes al hombre de Berizzo, si se llega un segundo tarde, generaban huecos por dentro. Algo compensado corriendo como posesos, vaya palizón se dieron todos, como gamos incansables, para ensombrecer a los de Florentino Pérez.

Un gol a lo Loco

Y si todo fallaba, Simón le sacaba una grandes manoplas al 'desechado' Marco Asensio o a Modric. Lo cierto es que se hizo una buena primera parte rematada con el gol de Muniain tras una cabalgada a la Bielsa de Susaeta y De Marcos por la banda de Marcelo. Fue un retorno al 2012 que a alguno casi le saca las lágrimas: a lo loco se vive mejor.

'Rulo' hizo el segundo, pero fue anulado por fuera de juego claro, en un 'muy mucho' (que diría Rajoy) notable primer periodo vasco, en el que Yeray vio la amarilla a última hora. A la vuelta Casemiro salió a apretar la línea de pivote e Iker Muniain sufrió un problema muscular tras una carrera con Carvajal.

Capa (intensísimo) tuvo que coger su sitio en el 53' pasando Susaeta a la izquierda. El choque se calentaba y Simón pasó de demonio a héroe al rectificar un error grave en una falta de Bale. El 'Clásico' tenía ya todos los ingredientes, hasta la facilidad del árbitro para amonestar casi siempre a los vascos.

La fatiga rompe las líneas

Lo que nadie esperaba era un centro con la derecha de Bale o que Isco empatara de cabeza, pero los leones cada vez estaban menos sólidos, sin duda el cansancio pasaba factura. Los blancos empezaron a jugar a placer, con una autopista por dentro. Simón tuvo que salvar otra a bocajarro a Asensio mientras el Athletic sufría por aguantarse de pie.

Berizzo no movió ficha, jugándose Yuri un penalti ante el malagueño, por lo que ya la bala fue Mikel San José de media punta (tras Raúl) y a Mikel Rico por Beñat intentando recomponer el corazón descosido de tanto correr. Era una noche de gladiadores, como demostró Sanjo cuando se embolicó en un recorte en vez de darle de primeras.

Rico se lo pensó menos y buscó su golito a Courtois en el descuento, en el último esfuerzo ya por conservar el empate como un tesoro. Y es que hay puntos que saben a más, sobre todo cuando la comunión con la grada es tan intensa y maravillosa. Bien por Berizzo... esto marcha.