Ramón Orosa
Bilbao, 4 dic .- El ilusionante proyecto con Eduardo Berizzo al frente que el Athletic Club iniciara en el arranque de esta temporada 2018-2019 no ha llegado ni a Navidad como consecuencia de larga racha de malos resultados en liga que ha mandado al equipo bilbaíno a puestos de descenso.
Hasta trece partidos sin ganar encadena en la Liga el Athletic, récord negativo de la entidad en sus 120 años de historia para el primer equipo rojiblanco y también para un técnico que esta temporada solo venció en el debut liguero al Leganés en San Mamés y en el descuento.
Otro triunfo más en Copa, una goleada al Huesca en La Catedral hace apenas seis días (4-0), aparece en la escasa hoja de servicios de un técnico que llegó muy avalado a Bilbao por su formación al lado de su compatriota Marcelo Bielsa, un entrenador todavía adorado en la capital vizcaína, y por el fútbol alegre que prometía.
Berizzo incluso cae bien entre la afición rojiblanca, que ha aguantado el chaparrón de los malos resultados sin apenas afearle la conducta, pero ha acabado sepultado por una mala racha que ha terminado hasta con la paciencia de un presidente como Josu Urrutia.
Al que habrá costado horrores tomar por primera vez en siete años y medio de mandato la decisión de destituir al entrenador. Justo, además, cuando está a punto de marcharse, ya que no concurrirá a los comicios que ha convocado para el 27 de diciembre y que han arrancado ya.
Lo ha tenido que hacer ya como máximo dirigente interino, como presidente de la Comisión Gestora que rige los destinos de la entidad solo a la espera de un nuevo presidente que saldrá de la pugna entre Alberto Uribe-Echevarria, responsable económico en los dos mandatos de Urrutia, y el cocinero Aitor Elizegi.
Pero el mazazo del lunes en Valencia ante el Levante fue muy duro, ya que lo que apuntaba a un partido igualado y hasta con opciones de ganar acabó en goleada indiscutible (3-0) y en inferioridad tras una dura entrada del joven Peru Nolaskoain.
Fue la puntilla a un equipo lastrado toda la temporada por su impericia en las dos áreas, con problemas para generar juego, incapacidad para mantener las ventajas y que encadena un segundo año malo tras más de un lustro siempre en Europa en una de las etapas más brillantes del club en competiciones internacionales.
El Athletic de Berizzo protagoniza un hecho casi insólito. Sin ventaja en el marcador le cuesta mucho adelantarse y cuando lo hace, no en pocas ocasiones, entra casi en pánico presa de la ansiedad por perder lo conseguido. Y acaba perdiéndolo.
Por afearle, al Athletic de esta temporada le afea hasta la estrategia. Baluarte histórico de un equipo que por su singular filosofía de jugar solo con futbolistas de la tierra tiene que sacar petróleo de los aspectos más residuales y los intangibles del juego.
Aunque las miradas de la afición rojiblanca no se quedan en Berizzo a la hora de encontrar culpables, ya que sospecha de una plantilla que dio mucho de sí hasta hace dos temporadas cuatro años con Ernesto Valverde, y anteriormente uno con Bielsa.
Pero Aduriz, ya a punto de cumplir 38 años, empieza a no ser el eterno goleador que ponía a su equipo cada año en Europa; Williams no se acaba de confirmar como su relevo, Raúl García acusa el desgaste al que le obliga su ansia de competir; y la generación de los Muniain, Susaeta, Beñat, San José, Iturraspe, De Marcos y compañía parece haber dado ya lo mejor que tenía.
Aunque en todos ellos recae la responsabilidad de sacar adelante lo que se siente en Bilbao como lo más parecido al bienio negro de entre 2005 y 2007, cuando el Athletic coqueteó dos temporadas peligrosamente con el descenso.
Entonces, en el segundo de esos cursos, un miembro de la saga de los Garitano salió a su rescate. Fue Ángel, 'Ondarru', el segundo de José Manuel Esnal 'Mané' y hombre de su confianza.
Esta vez será su hijo Gaizka, técnico con experiencia en Primera División -Eibar y Deportivo de La Coruña- y a quien fichó Urrutia para el Bilbao Athletic cuando, en el verano de 2017, ascendió al primer equipo a José Ángel Ziganda, que fue su primer entrenador fallido. El segundo es Berizzo, quien hoy se despidió de Lezama.