La victoria lograda por el Athletic Club en Vigo tiene un valor incalculable. Esos tres puntos son oro molido para un equipo que parece haber recuperado el pulso después de varias semanas en la UVI. Queda aún mucho camino por recorrer, pero los leones han salido por fin de la zona de descenso después de cinco jornadas y 43 largos días, con sus respectivas noches, de una agonía que despertó los peores fantasmas.
Haciendo un repaso a la trayectoria en la clasificación en esta primera vuelta que acabará el domingo con la visita del Sevilla, al Athletic no le fue mal en el primer mes de competición. La victoria frente al Leganés en el debut y los empates ante Real Madrid, Betis o Barça mantuvieron a los leones en la primera mitad de la tabla.
La derrota con el Villarreal envió las primeras señales y el 1-3 en el derbi con la Real del 5 de octubre encendió definitivamente las alarmas. Los empates consecutivos con Eibar, Rayo y Valencia apenas aliviaron la situación y las derrotas en el Wanda y Cornellá enviaron a los leones al borde del precipicio.
Después de dos semanas en el puesto 17º el Athletic cayó al descenso en la jornada 13 tras empatar en San Mamés con el Getafe. Una semana después con el 3-0 en el Ciutat de Valencia se tocó fondo definitivamente. La situación era insostenible y Eduardo Berizzo fue cesado con el equipo antepenúltimo a 3 puntos de la salvación.
Gaizka Garitano debutó con una victoria ante el Girona que mantenía a los rojiblancos en la zona roja, pero al menos ya con los mismos puntos que el Villarreal, el equipo que le ha ido marcando la salvación. Después vino el empate en Mendizorroza y el 1-1 con el Valladolid, que permitió al Athletic disfrutar de las navidades fuera del descenso aunque de manera ficticia.
El empate del Villarreal en su partido aplazado con el Real Madrid volvió a enviar a los de Garitano a esa zona roja de la que la única forma de salir era ganando en Balaídos. Y el Athletic lo logró.