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Gaizka, ¿ruedas de molino para comulgar tras el partido?

Un serio Gaizka Garitano acompañado de Patxi Ferreira en Mestalla (Foto: Athletic Club).
Kuitxi

¿Ruedas de molino para comulgar tras el partido?... ¡Mi boca no es XXL!... Mas bien, M, de musu. ¿Hueso que roer como una forma de entretenimiento?... Ya se dijo, y aquí se ratifica: !A otro perro con ese hueso!... No trago. Porque no cuela.

Me habría bastado con mi vista para condensar en esta contracrónica mi propia opinión. Lo que mis ojos vieron desde el principio del partido hasta el pitido final. Mediando el arbitraje de un trencilla cobarde y un VAR que, desde su 'AMBIGU' madrileño, permitió que el Valencia se relajara bajo la ducha sin una triste tarjeta que llorar.

Así llegaban los leones al campo valenciano (Foto: Athletic Club).

Afortunadamente, a fin de que no contamine el relato, Medié se saldrá de escena en este preciso momento porque el partido no iba con él. Y sí con un Athletic Club que deambuló por el campo cual presidiario cuyos tobillos soportan el peso y el daño de dos 'grillos' por cabeza.

Bochornoso partido. El Valencia nos ha humillado. El Valencia de Marcelino. Marcelino García Toral. El mismo perro con distinto collar. El del Racing. El del Villarreal. Este que se le regaló en Mestalla. Alguno que se me escapa y los que quedan por llegar. O Marcelino se retira al finalizar la temporada en curso, o me temo que estamos condenados a padecer noches como éstas...

Este fue el once del Athletic Club de Gaizka Garitano en Mestalla (Foto: LaLiga)

"Cuando nada está en su sitio; cuanto todo sale mal; cuando todo es estropicio; cuando el equipo que nos representa se ve traicionado por el viejo beso de Judas".

Les confieso que no me esperaba, ni de lejos, que el Athletic de Garitano nos sorprendiera con el prendimiento. Con el expolio. Con el tormento de la fusta. Con la corona de espinas. Con el cetro a modo de burla. Con el acarreo de la cruz. Con la crucifixión en lo más alto de Mestalla.

Tenía delante de mis ojos la pantalla del móvil iluminando las declaraciones de Gaizka Garitano. Quería escribir respondiendo a cada 'mentira suya' con una de 'mis verdades'. Mas de repente la batería cedió como una tubería reventada. Sin nada que rebatir.

Me queda la memoria para decirle a 'mi entrenador' que no trago. Que no cuela. Que vender humo no es de recibo. Mejor callar, como aquel entrenador que no ha sido capaz de entender lo que sus ojos vieron. Confesar. Jurar. Prometer. "Puedo prometer y prometo que...

Yeray e Iñigo Martínez protestan al catalán Medié Jiménez (Foto: LaLiga).

Preparé a conciencia este partido de Mestalla. Con el mismo mimo e ilusión que lo venía haciendo desde aquella noche en la que Aduriz goleó bajo la mágica luz de la Luna. Fue a partir de su irrupción en la 'Galaxia Athletic' que el gentío zurigorri empezó a distinguir el nuevo estilo. Que era el viejo, también: "Un nuevo Athletic de siempre"...

Llegar. Llegar por banda. Llegar mucho. Y centrar. Hasta deteriorar el empeine de las botas. Y rematar. Hasta terminar sangrando por la frente. Como en la pasión. 'La Pasión del Athletic según Garitano'. La Pasión de Gaizka. La Pasión del Salvador. La del Enviado. La del hijo de Ondarru.

Gaizka Garitano observa el juego en el Valencia-Athletic (Foto: ElDesmarque Valencia).

Más de diez años luego del 'bienio negro', el Athletic, a la espera de un valiente que asumiera el riesgo de convertirse en el mister que enviaba al Athletic al infierno de la Segunda División. Garitano lo tenía claro. Y fue a partir de su sencillo evangelio -amarás al Athletic como a ti mismo- que los leones se volvieron reconocibles en la sabana de toda su vida.

El trabajo se le multiplicó a Iñigo Martínez en Mestalla (Foto: LaLiga)

Todo era inteligible. No había ningún atisbo de duda. El Athletic era él. Era el mismo. Conducido por un hombre empapado en Historia. Especializado en Catedrales. Conocedor al dedillo de la vida y milagros del santo Mames.

Fantástico Garitano. Del infierno al purgatorio. Hospedado en el limbo. Hasta arañar con sus garras las puertas del cielo. ¿Y tanta bobada, para qué?...

Porque no encuentro la forma de hincarle el diente a algo para lo que no encuentro explicación . Cuándo, Quién, Cómo, Dónde... y Por qué . Las cinco 'Q' que se debían concitar en una noticia que se precia de serlo...

Domingo noche. En Mestalla. El Athletic, que perdió. De manera lamentable. ¿Por que?... En la resolución de este interrogante reside el 'quid' de la cuestión...

Escasa participación de Iñaki Williams en Mestalla (Foto: ElDesmarque Valencia).

Perdió porque saltó al campo derrotado. Concedamos que hubo que esperar cuatro minutos para darse cuenta de qué iba la cosa. Y resultó que iba 'de nada'. De la Nada. Cuando la palabra nada es la antítesis del todo. Y no habrá medias tintas en este lance.

El once rojiblanco, todo el en su conjunto y cada león por separado, nos abrió los ojos a las primeras de cambio. Mejor para mí. Porque pude asumir que "lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida".

El Athletic estaba condenado a perder este partido. El día en el que los leones levanten una copa de prestigio, en todo cementerio que se precie habrá un sepulturero degustando una cerveza luego de darle a nuestro cuerpo abrigo...¡Qué difícil me lo pones, Athletic!... Athletic de Garitano. ¡Y yo que pensaba que no llegarían noches como ésta!...

Iker Muniain fue titular ante el Valencia en Mestalla (Foto: ElDesmarque valencia)

Noche en la que los leones se arrastraban por el campo. Como si hubieran jugado cuatro partidos entre semana. Arrastrarse ya de inicio. Sentir la impotencia de querer y no poder. De intentar llegar y no alcanzar. De tener y perder de inmediato. De correr detrás del rival de turno como el que trata de alcanzar un puñado de humo. ¿Qué pasa, leones?...Y como no recibía respuesta, deduje que todo obedecía a la física. A su falta. A la falta de condición física.

El Valencia movía el balón como si en un rondo. El encuentro se asemejaba a uno de aquellos entrenamientos en los que el mister ordenaba a uno de los equipos que ejerciera una oposición pasiva. Mas no siendo así, sino partido de élite, por qué demonios el Athletic se arrastraba por el campo? ¿Por qué ejercer de 'txorimalos' si Mestalla no es huerta?... ¿Acaso para espantar murciélagos?...

Raúl García pugna por un balón aéreo con Diakhaby (Foto: LFP).

Me niego a cronificar al uso. Porque el partido no fue tal. Para que lo hubiera sido, se habrían precisado dos equipos. Y el Athletic no compareció. Llegó a Mestalla. Se vistió en el vestuario. Calentó. Y a la hora de la verdad, cuando el partido era inevitable, se empezó a ver a un Valencia que ni en los mejores sueños Marcelino podría haber imaginado.

Que al descanso se fuera con empate a cero goles fue un fenómeno paranormal. Que el Valencia marcara de salida, algo cantado. Que remachara en las postrimerías, lo esperado. Entre, durante, una clase de Física a cielo abierto. Como si los jugadores del Athletic calzaran botas de plomo. Como si esa pesadilla tan recurrente en la que que el soñador intenta correr pero no puede.

Iñigo Martínez y Yuri han superado en Mestalla la barrera de los 2.000 minutos en LaLiga (Foto: LFP).

Y es que si a los leones les hubieran alcanzado las fuerzas, al menos, para la disputa, otro gallo habría cantado bajo la luna de Valencia. ¿Por qué al equipo le resultaba del todo imposible llegar al balón dividido y disputarlo?... ¿Por qué correr detrás de su rival y nunca alcanzarlo?...

¿Por qué andar y no correr?... ¿Por qué no rebelarse ante el castigo de la humillación?... ¿Por qué no hacerle frente a la vejación?... ¿Por qué dar pie a que Mestalla hiciera la ola?... ¿Por qué, en fin, ofrecerse cual 'ninot' para la noche de la quema?... Por qué...

Buscaba durante el partido. A su conclusión. Buscaba antes de la escritura. Y lo sigo buscando en el momento del bordón final. Pretendía ser la 'contra' del golpe directo de mi compañero Asís Martín. El lo clava en su primer intento. Y a mí me ha costado Dios y ayuda... tres horas después de la conclusión del encuentro.

Los jugadores del Athletic protestan al colegiado Medié Jiménez

Pretendía haber cotejado mi punto de vista con el de Garitano. Estaba a punto de hacerlo cuando la batería que alimentaba el móvil ha reventado. Mejor así. Porque Gaizka nos habla de un partido que yo, al menos, no vi. Un 'fútbol en continuo fuera de juego' el del Athletic. Ausencia de todo menos de ti, fútbol del bueno, o del malo, pero fútbol al fin y al cabo.

Perplejidad. No doy crédito. ¿Cuál era tu propuesta, Gaizka Garitano?... Espera, que yo respondo por ti: ¡Un Athletic destrozado fisicamente! Debido a qué. ¿A los cuatro partidos oficiales que se había visto obligado a jugar como preparación para la pugna con el Valencia? Claro. Así se entiende el agotamiento debido a un sobre esfuerzo tan descomunal? Ironía pero sin humor. No está el horno para bollos...

El presidente del Athletic Club, Aitor Elizegi, aplaude en el palco de Mestalla (Foto: ElDesmarque Valencia).

Entonces, que alguien salga a escena y nos explique por qué un Athletic fresco fue sujeto de una de las humillaciones más vergonzosas en su centenaria historia. De fútbol creo entender. Pero les confieso que del fútbol que el Athletic le opuso al Valencia en Mestalla jamás podré escribir.

Ridículo espantoso bajo el maléfico influjo de la luna de Valencia. A este Athletic, cuando se pone burro, no hay Dios que lo entienda. Ni abogado del díablo que asuma la tarea de su defensa. Porque lo del Athletic no tiene perdón de dios. Ni compasión por parte del maligno. Regálame, Athletic, tu manual de instrucciones. Antes de que termine el invierno. Porque "esta primavera... puede hacerme enloquecer".

Iago Herrerín no pudo mantener su portería a cero en Mestalla (Foto: LaLiga).

Post-Scriptum:

Empecé en su día escribiendo con fuerza e ilusionado. Pero el Athletic, el que tanto me agota, ha conseguido secar el pozo de mi imaginación. Parecía un chollo encargarse de la 'contra' que se estira hasta el día después. Mas ahora, cuando llama poderosamente "la atención la suma desde hoy hasta la cuna", envidio al Redactor Jefe de este 'bendito' periódico digital. "Pase de mi este cáliz".

Pero este Athletic tan extraño -que no entiendo y nunca llegaré a entender- me presta el Santo Grial para que, ingiriendo hiel de la buena, me emborrache. A continuación, dormir la mona. Despertarme. Y asistir a la lucha contra los pericos. Varado. Aturdido. Desamparado.

Por Luis María Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista y periodista

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