A años luz estamos de lograr una igualdad absoluta, lo que el feminismo reclama desde hace décadas y otros y otras aún niegan desde el machismo o desde el "ni machismo ni feminismo". Por supuesto que estamos (están) mejor que antes, ¡faltaría más!, pero queda mucho por recorrer, y la reivindicación del 8M del pasado 2018 en España copó las portadas de diarios de medio mundo. Por algo será.
Más tarde aparecieron los negacionistas a sumarse a la causa feminista para ponerse la medalla para ganar votos y ahora salen con un feminismo liberal alternativo para desmarcarse por un lado y seguir anotándose tantos por otro.
Basta con escuchar a Sandra Sabatés en 'El Intermedio' durante dos minutos en el famoso pico de la mesa para entender qué es y qué no es feminismo, una lucha transversal y plural por los derechos sociales y laborales para eliminar la desigualdad salarial, la dificultad enorme que hay para que ellas accedan a altos cargos y la promoción limitada dentro de la empresa.
Para quienes no ven el techo de cristal que pretende romper el feminismo, les preguntaría qué opinan de que una entrenadora asumiera el cargo en un banquillo de primera división en Madrid o Barcelona, por ejemplo.
En una entrevista que tuve con Erika Vázquez me admitía con naturalidad su deseo e ilusión de sentarse alguna vez en el banquillo de San Mamés, que no ve ningún problema en que una mujer lo haga si la preparación y el conocimiento es el mismo, a la vez que asumía que estábamos muy lejos de ver algo así, y es que la sociedad y el fútbol no están aún preparados para ello.
Porque seguramente no estemos preparados, lamentablemente, para recibir órdenes, consejos o instrucciones de una jefa, coordinadora, gerente o entrenadora. No estamos igual que en los 90, cuando una periodista era capaz de romper el silencio de un personaje público y sus compañeros dudaban de sus estrategias para lograrlo.
Pero es que todavía se escuchan comentarios arcaicos en los campos cuando una niña que juega con y contra niños regatea o marca gol a uno de éstos. Y peor es cuando una árbitra o jueza de línea es la que se encarga de impartir justicia en un partido. Improperios fuera de lugar que acaban haciendo que una colegiada pueda colgar el silbato porque se le hace imposible convivir con ellos.
En otra entrevista con Jone Ibáñez me contaba que la mal usada terminología para definir el fútbol de ellas como fútbol femenino, siendo yo el primero que lo hace y trato de corregir, desaparecería el día que no fuese noticia que ellas jugasen en San Mamés, el Metropolitano o el Villamarín, campos usados por las secciones masculinas y que ellas rara vez pisan.
Y es que el fútbol de ellas interesa, e interesa cuando se habla de él, cuando tienen visibilidad, cuando se crea contenido con ellas como eje principal con noticias, reportajes o entrevistas. Y así lo atestiguan las cadenas que, como GOL, retransmiten partidos de la Liga Iberdrola. 48.121 personas no se meten todos los días en San Mamés, pero sí se hace cuando se promociona, se invita y se habla del partido aunque éste se dispute un miércoles a las siete de la tarde.
Los medios tienen un mercado ahí por explotar, se están dando cuenta, tarde, pero lo hacen, aunque sea a cuentagotas, son los famosos pasitos que se van dando y se van consolidando como reclamaba Erika.
Seguimos lejos aún y yo, desde mi pequeña antena que en su día me brindó FiebreRojiblanca y ahora me brinda ElDesmarque, haré lo que pueda para acercar la Liga Iberdrola y su jugadoras, sobre todo del Athletic Club, a la gente, porque cada granito de arena suma. Pero no podemos ser injustos y pedirles a ellas que en 10 o 15 años obtengan un nivel futbolístico que a ellos les ha costado 130 años alcanzar.
Por Iñaki Martín Abraldes, entrenador en el Indartsu Club, colaborador en ElDesmarque Bizkaia