Lo tuvo en su mano el Athletic Club, pero el larguero impidió el gol de Iñigo Martínez cuando todo parecía a favor. Lo que vino después es mejor no recordarlo. El árbitro señaló el final del partido tras el gol de Munir y los jugadores rojiblancos no podían ocultar su decepción. Lágrimas en los ojos de unos futbolistas que lo dieron todo hasta el último minuto pero que, finalmente, no podían lograr el regreso de la entidad a competiciones europeas.
Como reza el tópico, una imagen vale más que mil palabras...