Larrazabal, algo más que el hijo de una leyenda

El mundo del fútbol suele darse que un futbolista vea a su hijo jugar en el mismo equipo en el que él desarrolló su carrera. Es el caso de Aitor Larrazabal, que está viendo como su hijo Gaizka ha pasado al primer equipo y está peleando por hacerse con un puesto en los planes de Garitano.

Gaizka Larrazabal se ha ganado a base de goles y buen rendimiento el tener una oportunidad en el Athletic Club. Viene de ser uno de los mejores del filial rojiblanco, donde sus cabalgadas por la banda derecha, curiosamente la contraria a la que encumbró a su aita, han sido uno de los principales argumentos de los cachorros para derrotar a sus rivales.

El de Zamudio tiene que vivir con el hecho de que su padre es una leyenda del club, con 445 partidos oficiales a lo largo de 14 temporadas. De hecho, es uno de los jugadores con más apariciones en la historia del conjunto bilbaíno. Aún así, Gaizka es algo más que el hijo de una leyenda y quiere demostrarlo sobre el verde.

Larrazabal ha tenido que pasar por el Lauro, el Danok Bat, el Zamudio y dos años en el Bilbao Athletic para llegar a tener esta oportunidad. En sus primeros pasos en Segunda B tuvo que tirar de descaro para hacer frente a los veteranos de la categoría, lo que le sirvió para aprender y mejorar en todos los aspectos, tanto futbolísticos como mentales.

Incluso llegó a darse un duelo padre-hijo, con Gaizka como jugador del Zamudio y Aitor entrenando al Amorebieta. El duelo se lo llevó el segundo por 1-4. En aquella etapa, el Athletic tuvo que moverse rápido para firmar al futbolista, dado que el Eibar estaba interesado en él.

A día de hoy, Gaizka Larrazabal está con los "mayores" como un jugador más de la primera plantilla. Ya estuvo cerca de subir el pasado curso para el choque ante el Rayo. Garitano quiere un hombre de banda y él podría ocupar ese hueco.