Boca vivió una noche con las emociones a flor de piel, porque además de la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores tras su victoria ante Athletico Paranaense pudo despedir con honores al mediocampista uruguayo Nahitán Nández y festejar el primer tanto de Eduardo Salvio con la casaca 'xeneize'.
Por Fernando Czyz
Desde muy temprano las gradas tantos populares como plateas de la 'Bombonera' fueron cubriéndose para una noche más de Copa Libertadores y, a pesar de la tranquilizadora victoria en Curitiba, había cautela ante esta definición como local.
Uno de los grandes protagonistas de la gélida noche porteña fue Nahitán Nández, que recibió varias ovaciones en su último partido en Boca antes de emigrar al Cagliari italiano.
Es que Nández supo generar una relación especial con el simpatizante 'xeneize' que lo despidió con honores y con el cántico de "Uruguayo, uruguayo" tanto cuando entró con el equipo como cuando fue reemplazado por Salvio y al retirarse de la 'Bombonera'.
"No lo vamos a olvidar porque supo entender cómo se juega con esta camiseta. Seguro que en algún momento va a volver", expresó María, de 34 años.
"El gesto de querer jugar estos dos partidos con Paranaense se lo vamos a agradecer. Si ganamos la Copa va a ser un poquito de él", agregó Silvia, de 27 años.
Además de vibrar con el triunfo y la despedida de Nández, los simpatizantes de Boca celebraron el agónico gol de Eduardo Salvio, el primero de uno de los principales refuerzos de la plantilla 'xeneize' para esta temporada.
Otra de las grandes incorporaciones de Boca en este mercado fue el italiano Daniele De Rossi, que llegó al estadio vestido con un elegante traje y luego se juntó con sus compañeros no convocados para vibrar con el triunfo mientras espera su estreno oficial con el conjunto argentino.
Con la victoria consumada, el público de Boca se fue cantando y celebrando e imaginando un potencial cruce con River en semifinales por Copa Libertadores, para lo cual el 'Xeneize' debería superar a Liga de Quito y el 'Millonario' pasar la serie ante Cerro Porteño.
"No puedo imaginarlo. Es que no hay corazón que aguante... pero si tiene que venir, que venga el cruce contra River", dice Ramón, de 73 años y socio vitalicio de Boca.
"Primero hay que pensar en Liga de Quito y después habrá tiempo para soñar con volver a cruzarlos y definir esa serie como local", añadió Sonia, de 41 años.
La noche de emociones para el público de Boca terminó con un gran festejo y comenzar a pensar en un horizonte donde puede volver a aparecer River.