Unai Simón afrontaba el partido ante el RCD Espanyol como una ocasión especial. El portero del Athletic Club llegaba tras haber cometido varios errores en los dos partidos anteriores y tenía ganas de demostrar que aquello no era la tónica habitual, sino que se trataba de una simple excepción.
Cuajó un encuentro serio, donde dejó la portería a cero y varias paradas de mucho nivel. Estuvo seguro bajo palos y en el juego aéreo, facetas donde no había estado del todo bien frente el Atlético de Madrid. Volvió a mostrar esa imagen que transmite seguridad a su defensa, algo que venía haciendo desde el comienzo del campeonato liguero.
Pero también supo parar cuando le tocó. Primero fue ante David López, evitando el gol de los pericos. Después le tocó a Wu Lei, que se chocó con Unai Simón en un mano a mano. Trató de superarle por bajo, pero el meta del Athletic supo cerrar las piernas para detener su disparo y frustar aún más a los atacantes rivales.
Una buena actuación para que Unai Simón aleje las dudas que habían surgido en torno a su figura en los últimos partidos. A sus 21 años está firmando una temporada a buen nivel y sigue apuntando maneras de cara al futuro.