Desde luego la rauda llegada de Iñigo Martínez al Athletic Club de Bilbao desde la Real Sociedad confirmaba que la marcha de Aymeric Laporte rondaba en las cabezas de Ibaigane. La directiva de Josu Urrutia hizo un gran movimiento, rápido y certero, al fichar al central de Ondarroa en el mercado invernal de 2018. Concretamente un 30 de enero, poco antes de cerrarse ese mercado en LaLiga Santander.
Una decisión que el paso del tiempo ha revelado como más que acertada, ya que el defensa vizcaíno Se ha convertido en un verdadero baluarte del conjunto rojiblanco. Transformado ya en habitual futbolista internacional, la Eurocopa de 2020 aparece cincelada en su horóscopo del nuevo año que ya llega en apenas un suspiro. Iñigo es todo un ejemplo de profesionalidad en el día día, tanto en los entrenamientos, donde es muy exigente, como en el desarrollo de los partidos.
Se ha convertido en el paladín de la defensa y en un auténtico maestro para sus acompañantes Yeray Álvarez y Unai Núñez. De hecho a día de hoy son muchos los athleticzales que consideran que el equipo de San Mamés ganó con el cambio, ya que Iñigo Martínez se ajusta más a las necesidades del Athletic de lo que lo podía hacer el talentoso galo de Agen.
Como botón de muestra de la profesionalidad de Iñigo, en estas vacaciones de Navidad que les ha concedido Gaizka Garitano, de seis días, ya ha dejado claro que a él no se le escapa una. Aparte de desconectar un poco con la familia a las 8:00 de la mañana ya estaba hoy en el gimnasio machacándose para la vuelta a los entrenamientos en Lezama.
El viernes 3 de enero los leones cierran la primera vuelta ante el Sevilla FC en el siempre complicado estadio del Sánchez Pizjuán. El mismo donde Iñigo tiene una cuenta pendiente: el curso pasado pudo mandar al Athletic a Europa si su remate no hubiera sido repelido por el larguero. Seguro que entre sus peticiones a Olentzero está la de estrenarse como goleador en el Athletic.