Asier Villalibre ya es un león goleador
Asier Villalibre siempre ha querido triunfar en el Athletic Club. El pasado verano parecía en la rampa de salida, pero logró quedarse para convencer a Gaizka Garitano de que podía tener hueco en el equipo. Este sábado en Las Llanas gozaba de su primer titularidad tras disputar un puñado de minutos en cuatro partidos esta temporada. El técnico derioztarra le colocaba en punta para poder sacar lo mejor del gernikarra, su capacidad goleadora. El 'Búfalo' no defraudó la confianza de su entrenador.
En los primeros minutos del choque ante el Sestao había avisado con un cabezazo que detenía Barandiaran. En su segunda oportunidad no perdonó. Enganchó un perfecto centro de Yuri Berchiche y al primer toque, sin pensarlo, lanzó un zurdazo imparable que abría el marcador en Las Llanas.
Los gestos de Asier tras marcar su primer gol oficial con la camiseta del Athletic Club lo decían todo. Pero el delantero vizcalino no habñia dicho su última palabra y en el 70' aprovechaba un centro de Iñaki Williams para anotar un doblete y poner al conjunto rojiblanco rumbo a los dieciseisavos de final de la Copa.
Catorce partidos ha necesitado para estrenar su cuenta anotadora con el primer equipo rojiblanco desde que Ernesto Valverde decidiera darle su primera oportunidad con los mayores el 4 de diciembre de 2016, ante el SD Eibar, con 19 años.
Su presencia, sin embargo, se limitó a ocasiones muy contadas en ocho encuentros, entre LaLiga Santander y la Europa League- aquella campaña, sumando 120 minutos en total.
Aquella no sería su única cesión. En la 2017/2018 pasó por Real Valladolid y el Lorca con el mismo resultado que en su estancia en Soria. Regresó a Lezama y después de completar una parte de la pretemporada a las órdenes de Eduardo Berizzo, el argentino decidió que siguiera curtiéndose en el Bilbao Athletic.
La apuesta no le pudo salir mejor: 23 goles le convirtieron en el máximo goleador de toda la Segunda B y le sirvieron para ganarse un contrato en el primer equipo, firmando hasta 2023.
Pero Garitano acabó decántandose por Kodro y el club buscó a Villalibre una nueva cesión, sin éxito. Se quedó en el Athletic para intentar demostrar que puede ser uno más y contar con más minutos. Sus dos goles en Las Llanas son todo un grito de reivindicación.