Una derrota áspera como un retortijón de tripa

Al que no le guste el fútbol desde luego esta semana lo tiene mal. El Athletic Club tenía tres cocos por delante, empezando por el más ‘pestoso’ de ellos, el Getafe CF de Pepe Bordalás. Un buen espejo al que mirarse como máximo exponente del equipo práctico e incómodo, un rival contra el que no ha podido romper su inercia de empates. Es más, la ha agravado al perder en casa y sin dar jamás sensación de poder hacer algo.

Los de Garitano acaban la 22ª jornada de LaLiga Santander con hambre. Llevan ya siete jornadas sin ganar, acumulando hasta cinco tablas consecutivas y un par de derrotas. Esta vez caía por (0-2) con goles de Damián Suárez y Jaime Mata, este de penalti, en una tarde estomagante. Los del Coliseum se llevan los tres puntos haciendo su duelo más cómodo del curso.

"Es el partido más importante de la temporada" había deslizado Gaizka Garitano. Pues él o sus jugadores no supieron descifrarlo. Los madrileños jugaron cuando y a lo que quisieron con la complicidad de un arbitraje permisivo hasta la exasperación. La leña y la pérdida de posesiones y de tiempo fue una constante. Además Iñigo Martínez se perderá el derbi al ver su quinta amarilla.

Aparcado el Getafe sigue el rock’n’roll. El jueves San Mamés va a presentar uno de esos ambientes electrizantes a partir de las 21:00 horas ante el FC Barcelona en el partido único de los cuartos de final de la Copa del rey. Los socios no pagan. Hay que romper 60 años de historia negativa. ¡Ahí te quiero ver, Athletic!

Once sin dejarse nada en la recámara

Garitano cumplió su palabra, los tres centrales son para fuera de Bilbao. Recuperó a Unai Simón y, salvo Capa, el resto del once fue el perfectamente titular con Villalibre escoltando a Rulo, Muniain y Williams. Beñat y Balenziaga fueron los dos descartados en una tarde calurosa, con una gran entrada, en la que Olivera casi nos vacuna en el primer balón parado. Es un equipo que te avisa de que no puedes salir al tran tran. Van a muerte en cada disputa, en cada duelo individual.

Tras serenarse el Athletic empezó a darle el balón a sus jugones, Iker y Unai, pero no era fácil encontrar huecos. Encima contra el Geta que paraba el juego constantemente, arte en la que Deyverson es una eminencia. El balón estaba más maltratado que el mobiliario urbano en 'Trainspotting''. La sucesión de gorrazos al cielo era tan esperada como escatológica desde luego.

El Getafe se adueñó del primer periodo

Pero no en el sentido de otros equipos que se quedan la pelota y te bailan, no. La primera media hora fue infame e iba a peor. Las broncas se empezaron a encender, ese barro en el que los de Bordalás nadan tan a gusto. Tanto que en el 35' abrieron el marcador a través de Damián Suárez tras tirar dos (demasiado) sencillas paredes en la zona crítica del campo bilbaíno.

Un plan maestro el azulón: se juega poco o nada, te caliento la cabeza rascando en cada disputa y encima luego voy y te la clavo

Sorprendió mucho más la blandura con la que la retaguardia del Athletic encaró esa jugada que puso el partido muy cuesta arriba. Es sabida la fortaleza defensiva de un Getafe que no paró de dar cera, cada tarjeta era recibida como un gol porque 'Robocop' Alberola Rojas no acertaba a frenar su juego. Y los de Garitano a descifrar la  propuesta madrileña. Les costó 40 minutos chutar por primera vez. Eso sí, al menos fue un gran tiro el de Villalibre. Pero el sabor al descanso fue amargo, por el marcador y por un arbitraje permisivo que fue premiado con una gran pitada.

Como de árbitro, cómplice hoy, no se podía cambiar, el tema era darle un reseteo al chip. Y no perder un balón que genere una contra como la que tuvo Mata que obligó a Simón a hacer una buena parada o dar paso al VAR (con Mateu Lahoz) para que pite penalti por mano de Lekue. Su segundo penalti en cinco días por cierto. En el 49' Jaime Mata hacía el 0-2 desde los once metros engañando al portero de Murgia. El Aconcagua había pasado a ser el K 2.

Ya sólo la épica podía salvar algún punto

Sería por el viento Sur pero la tarde se había cruzado mucho. Incluido el hastío de la grada que se arrancó a cantar el ochentero 'diles que se vayan' porque el menú era insoportable. Todo eran parones, faltas, gente en el suelo y goles del Getafe. Pero lo cierto es que tampoco los leones ofrecían alternativas, ni siquiera desde el banquillo. Ni cambios ni cabeza, de hecho Yuri casi se va a la calle por subirsele la bilirrubina en exceso. Era un ejercicio de impotencia.

Baste decir que el mayor aplauso fue ver salir a Aduriz a calentar. Saltó junto a Ibai y Capa en un triple cambio de baloncesto. Garitano debió pensar aquello de que a grandes males grandes remedios... y Aritz remató el primer centro cuando no llevaba ni cinco segundos sobre el césped. Pero en el 76' Molina tuvo una bastante mejor para hacer el tercero de los visitantes. Había quien rezaba porque pasara el tiempo, el choque era insufrible como un retortijón.

Ver anular por fuera de juego el tanto de Williams, con justicia, ya ni siquiera terminó de cabrear a una grada anestesiada por el horror visto. Quitando los tambores allí no se oía nada. Como si un Nolotyl gigante había anestesiado hasta las conciencias. Les pudo despertar Ibai, pero su obús se estrelló en el larguero en el minuto 83. Si cuando el día sale de que no... La recta final sirvió para que un harto Iñigo Martínez viera la quinta. No podrán insultarle en el Reale Arena.

No hay tiempo ni para respirar ni para lamentarse. el jueves partidazo de Copa ante el Barça de Leo Messi. El Athletic tuvo que jugar una final de este torneo en el Camp Nou en 2015, ahora les toca devolvernos la visita en 2020.

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