Hace poco más de dos décadas que el Villarreal CF logró su primer ascenso a la LaLiga Santander. El conjunto castellonense era un clásico de la Segunda B y Tercera con algunas incursiones en Segunda, hasta que en la temporada 1997-1998 dio la gran campanada al conseguir el ascenso a Primera División después de eliminar al Compostela en un histórico playoff.
Aquella campaña tuvo como protagonista en El Madrigal al único jugador del Athletic Club que ha vestido también la camiseta del Villarreal. Se trata de Andoni Lakabeg, lateral derecho del equipo rojiblanco durante siete temporadas y media, entre 1988 y 1996.
El indautxutarra, que debutó como león con Howard Kendall en un partido frente al Sevilla y vivió su mejor época como rojiblanco a las órdenes de Jupp Henyckes, entre 1992 y 1994, repasa en una entrevista para ElDesmarque Bizkaia su etapa en el 'Submarino Amarillo', en vísperas de la visita del conjunto castellonense a San Mamés.
“Llegué en finales de diciembre (de 1997) y el equipo estaba más o menos octavo-noveno clasificado y no había muchas esperanzas de ascender. A partir de ese momento salió todo estupendo y conseguimos un ascenso histórico en Villarreal. Teníamos un grupo humano fenomenal, un míster estupendo y un presidente que tuvo la calma suficiente para no meternos presión excesiva a la hora de ascender. Incluso en el mismo partido de promoción contra el Compostela nos dijo que estuviéramos tranquilos y no nos metió una presión extra, que bastante teníamos nosotros", rememoraba Lakabeg.
Aquel Villarreal, sin embargo, "no tenía nada que ver con el de ahora". "Cuando yo estuve era un proyecto de equipo para Primera División. Ahora es un club asentado y con unas infraestructuras tremendas. Antes era mucho más austero y mucho más pobre, no tenía no tenía el presupuesto ni las aspiraciones que tiene. Ahora es uno de los grandes equipos de España", repasaba.
Respeto al duelo de este domingo en San Mamés ante el Villarreal, Lakabeg reconocía que "es un partido esencial para tener un punto de tranquilidad y olvidar los fantasmas que están viniendo últimamente". "Es un partido para dar un golpe en la mesa y decir que estamos preparados para todo y que el siguiente partido, que va a ser muy importante, lo podemos afrontar con muchas garantías".