Carlos Gurpegui es el último capitán del Athletic Club que levantó un título para el club rojiblanco, la Supercopa de España en agosto de 2015. Cinco años después, los leones está a un sólo paso de alzar otro trofeo, el de la Copa del Rey, pero la crisis del coronavirus COVID-19 ha aplazado sine die la gran final del torneo del KO. El de Andosilla tiene la esperanza de que se dispute y el anhelo de que haya otro capitán rojiblanco que le suceda.
"Todo iba rodado y después de este parón, a ver cuándo se vuelve y cómo. Hay mucha incertidumbre porque nadie es capaz de decir si se va a jugar, cómo, cuándo, en qué condiciones. Todo hacía indicar que iba a ser un día increíble, dos equipos que viven mucho de sus canteras, sobre todo nosotros, que vivimos prácticamente de nuestra cantera", lamentaba Gurpegui en Radio Marca Bilbao.
El navarro asume que a día de hoy, la final de Copa "no es lo más importante", pero reconoce "sí es algo que está ahí y a todos nos haría una ilusión increíble que el Athletic fuera campeón".
Gurpegui desea este título, especialmente por Aritz Aduriz, que podría alzar la Copa antes de su retirada. "Ojalá que yo sea por unos pocos meses el último en levantar un título, espero que haya otro jugador que me sustituya. Para Aduriz sería una guinda increíble para su carrera con unos últimos años de fútbol espectaculares. Ojalá podamos celebrarlo todos", ansiaba.
El exleón de Andosilla destacaba que el Athletic es "un club modelo en muchas cosas" y poder "seguir peleando contra grandes equipos y volver a jugar otra final de Copa es una buena señal y una buena noticia". "El futuro del Athletic es bueno. Soy optimista y por el mismo precio prefiero pensar que va a ir bien", añadía.
El próximo 14 de mayo se cumplirá cuatro años exactos del último partido de Carlos Gurpegui como león, en San Mamés ante el Sevilla FC. El excapitán rojiblanco reconocía que puso fin a su carrera "un poco asfixiado del fútbol". Su trayectoria, repleta de dificultades y de duros tragos personales, "a nivel psicológico, no ha sido muy normal". A la larga veintena de lesiones que sufrió, varias de ellas de cierta gravedad, se unió la sanción de dos años por dopaje.
No obstante, cuatro años después, "el fútbol siempre está presente" en la vida de Carlos Gurpegui. Tras colgar las botas formó parte del cuerpo técnico de Ernesto Valverde, luego representó al Athletic Club como embajador, y actualmente desempeña la tarea de atención personalizada a los canteranos de Lezama . "Estoy muy contento, aprendo de los chavales e intento aportar mi granito de arena para que ellos sean mejores jugadores".
Sin embargo, no se ve, de momento, como futuro entrenador del primer equipo. "Lo veo, no lejos, sino lejísimo. Tengo toda la titulación y ahora que he vuelto a estar con chavales, me entra el cosquilleo ese por el estómago. Sé lo que conlleva ser entrenador, ya no a primer nivel, en un juvenil, y es algo que tengo que valorar. Sé cómo soy y si hago las cosas me gusta hacerlas y estar al cien por cien", concluía.