‘El Zorro’ Aduriz: La leyenda de Jose Iragorri

Aduriz... Hoss... Nombres unidos para siempre... Un 30 de mayo se nos fue Jose Iragorri. No lo tuvo fácil. Flojeó. Tenía dudas. Creía en sí mismo, sí. Convencido estaba de su potencial. Convencidos, también, todos aquellos que, durante cinco 'ejercicios', hacíamos 'Prácticas' a pie de campo en los pasillos de la Facultad. Estaba ya del todo hecho. No necesitaba 'favores de becario'. Y sin embargo...

Un mediodía caluroso coincidimos en las proximidades del edificio universitario del Hospital de Basurto. Para entonces, Jose Iragorri ya se había hecho un hueco en los 'estudios' de la 'Popu'. El mango de la sartén del Athletic Club, sin embargo, lo tenía Fede Merino.

Que es lo mismo que decir que Fede era el que manejaba el micrófono como altavoz radiofónico de los partidos del Athletic. Y hasta el 'bakalao' era suyo. Fede Merino tampoco lo había tenido fácil: ¡cuántas tardes en el Frontón Deportivo de Rekalde cubriendo partidos de cesta punta, remonte y pala larga!

Compartimos vivencias. Nos pusimos al día. Y cuando me disponía a escuchar un relato de vino y rosas, me empezó a hablar descargando un aire de cansancio y abatimiento. Cansado como de esperar. Abatido como el que no termina de ver la luz al final del túnel. Me desconcertó. Su enorme figura y para qué.

Púgil que, a falta del necesario ánimo desde su esquina, dispuesto estaba a ser él mismo el que arrojara la toalla. Rendido. En busca de otros horizontes. Lo dejamos. Cómo demonios podía ser que Jose Iragorri no fuera, para entonces, el oro molido de 'Herri Irratia'. ¿Será que no hay sitio para dos gallos en el mismo gallinero? Pregunta que se pensó, sin llegar a ser formulada.

No había llegado a estar en la emisora. Desconocía, por tanto, lo que dentro se cocía. Ignoraba, también, si era cuestión de roles, o si se trataba de un 'juego de tronos'. Aguantó el tirón el gigante de Etxebarri. Periodista superdotado a la espera de la titularidad. Futbolista ya lo había sido. Se retiró con el tiempo cumplido.

Como entrenador, había triunfado dirigiendo a los 'peloteros' de 'San Informando'. "Sólo hay una cosa más grande que cantar los 'bakalaos': ¡marcarlos!", habría de confesar allá por 2010. O tal vez se hacía un lío y lo que en verdad quería decir era: "Sólo existe una cosa más hermosa que marcar 'bakalaos': ¡cantarlos!".

Se echó a un lado Fede Merino para permitir que el que estaba llamado a ser leyenda empezara a forjarla partido a partido. Allá adonde iba el Athletic viajaba él. Y en San Mamés, siempre: ¡ni una misa se perdió Jose Iragorri en la Catedral! Misa de bodas, Confirmaciones y, lo más 'lindo' [como dirían Alejandra y Julieta], ¡Bautizos! La especialidad de 'Hoss'. Hasta el punto de pasar a la historia como "El hombre que bautizaba a los leones".

De pila le llegaban nominados. Así los conocía la gente. Pero él creía que el futbolista del Athletic necesitaba más. Ese apodo cariñoso como el que nos poníamos en el patio del colegio. Para trascender. 'Morir' en la cancha y, de seguido, convertirse en leyenda.

Larga es la lista de apodos, como el de Aduriz, puestos por 'Hoss' Iragorri

Pasar a los dichosos 'anales de la historia'. Su ingenio incomparable. Sentido del humor. Jugar con las palabras. Intentar darle a cada jugador lo que él creía que era suyo, o que le correspondía. Semejanzas. Cualidades. Leones que morían por la boca. Fortuna. Y también paternidades.

Apodos, algunos, que se ponen solos. En Internet están clavados. Tantas entradas como deseos. Jose Iragorri: derecho se fue a la gloria con sus leones bautizados. Con todos menos con uno. Ese que recién había retornado gracias al empeño del presidente "¡Josu 'Panaderito' [de Lekeitio] Urruuutiaaaa!".

Y si llevárselo no pudo, fue porque caló tanto su 'heterónimo' aquí en la tierra que así la afición como los periodistas aprendieron, por costumbre, que entre Aritz y Aduriz se había colado como de rondón un personaje de leyenda, histórico o de ficción. El apodo más logrado. El que más lejos en el tiempo llegó. No era consciente Jose Iragorri de que el de Aduriz no sería un bautizo más.

¡Ay, si lo hubiera registrado! ¡Ay, si con derechos de autor, protegido!. No lo hizo. No lo había hecho cuando le tocó cantar un bakalao suyo y le dio por gritar: "¡Aritz... [el sonido de una espada 'escribiendo' una zeta sobre la tela, rasgándola]... 'El Zorro!.. Aduriz!" ¡Cómo disfrutaba 'Hoss' cantando los 'bakalaos' de 'El Zorro' Aduriz!

Y qué mejor regalo el del Athletic para con él que el haber pactado el 'Club de Ibaigane' con 'el que en las alturas hilvana'. Que su final [de ser inevitable] se hubiera prolongado lo suficiente como para coincidir con esta 2019-2020.  Aquel centro de Capa desde la línea de fondo. Su volea recostado en el aire.

¡Qué bakalao, por Dios, que obra de arte! "Lo canta, lo narra, lo describe", comentan desde el estudio, "Jose Iragorri". Ya lo ha descrito. Ya lo ha narrado. Repitamos su canto...."¡Bakalao, bakalao [escuchen 'bakalao' 25 veces]... de Aritz... 'El Zorro'... Aduriz.

Hace unos días, sentado en su zona de confort, Agur, betiko, esan zion Athleticen futbolaria izateari Adurizek. Antes, durante, después, se escribía, se escribe y se seguirá escribiendo bajo un mismo titular: "Aduriz: la leyenda del Zorro".

Un solo hombre, Jose Iragorri, había conseguido que a Aritz Aduriz el mundo del fútbol  lo terminara llamando como, en su día, él lo había bautizado. Cabría una corrección. ¿Cabe?... Escríbase entonces: "El 'Zorro' Aduriz: la leyenda de Jose Iragorri'.