Diego Martínez Penas, entrenador del Granada CF, tenía marcado en rojo el último partido de LaLiga Santander. Luego de que se quedara sin final de Copa por culpa del milagroso gol de Yuri Berchiche, "vengaré esta afrenta; esta injusta eliminación", se dijo. Lo que desconocía el míster del equipo nazarí es que el plato frío de la venganza conllevaría el premio de una plaza en competición europea: ¡el Granada CF jugará la 'Europa League' por primera vez en toda su historia!
Tocado. Sonado. Groggy. Tres a cero goles y con tendencia al ascenso el marcador. Exagerado por la borrachera de fútbol, la defensa andaluza perdió la marca de Yuri. Eso les hundió. El golazo del zarauztarra les sumió en una depresión profunda. Tuvieron, sin embargo, la humildad y el acierto de ponerse en tratamiento.
Recuperados del mazazo, se entregaron a LaLiga con el mismo entusiasmo, con la misma fe que les había convertido en gigantes ante un Athletic al que la diosa Fortuna le sonreía con avaricia. Y fue así que se llegó al último partido con claras opciones de meterse en los puestos nobles. El Athletic, en cambio, venía de tocar fondo en San Mamés ante el CD Leganés del 'Vasco' Agirre. Granada vs Athletic. ¿Qué sucedería?
Se dice que el 'fútbol es un estado de animo'. Sentencia que no comparto. La pongo patas arriba y se lee: ¡El ánimo es un estado del fútbol! Es decir: ¡el fútbol es una fiesta; un juego curativo con capacidad de salvarle a uno la vida! ¿Que el fútbol es un estado de ánimo? ¡Venga ya!... Ser futbolista es un regalo. El mejor. Jugar es una liberación para los sentidos.
Viene a cuento todo esto de este Granada-Athletic en el que los locales se jugaban la vida, y el Athletic, nada. ¿Nada, el Athletic? ¿La vida, el Granada? ¡La vida se la jugaban ambos!
"A pesar de Garitano" se tituló. Al borde del mar. Bajo la Alhambra. A las faldas del Mulhacen. Leones enfermos. O anestesiados. Presos en jaula oxidada. Deberían estar gritando de júbilo por la libertad. Por sentirse vivos. "A pesar de Garitano", sin embargo. Efecto contagio. Hicieron suyo el miedo de su entrenador.
Sensibles. Extraño entrenador. Iba para el vapuleo la cosa. Hasta que Yuri se liberó del yugo de su 'domador'. Cayó el Granada. Empezó el eliminado a cocinar el plato de la venganza. Frío, muy frío por tanto tiempo pasado. Caliente hasta el hervor, como ese Mulhacen de antecedentes volcánicos. Un gallego con acento andaluz. El Athletic, a punto de encallar en la costa de la muerte. ¿El destino? ¿Era cosa del destino lo que habría de obrar en el nuevo 'Los Cármenes'? Otra vez, no, otra vez no: ¡No me jodas' Athletic!
Pereza, dejadez, desidia: ¿desidia al borde del mar? Imposible entender. Ni adrede, vamos. Cuatro goles, cuatro. Una goleada sonrojante. Adecentando la Gabarra se anda por el muelle de Olabeaga. Peñas andaluzas que se acercan al 'lugar del crimen'. Jon Rham, a punto de dedicarle a su equipo del alma el 'número uno del mundo'. El 'universo Athleticzale', esperando la mejor despedida. "Mía habrá de ser la responsabilidad". Lo piensa Garitano. Pero no lo dice. Se aguanta. Cuando llegue el momento. En rueda de prensa.
Luego del primero. Del segundo. Del tercero. Ha vuelto a remontar el Granada el 2-0 de la ida en San Mamés. En la final otra vez el equipo nazarí. Y yo, inocente, plagado de sueños mi interior, confiando en ese gol de Yuri que inutilizara los tres goles con los que el Granada nos había castigado. "Que afición tan cándida", decía Bielsa, "va perdiendo el Athletic y jalea un saque de banda a favor". Cándido, también, yo: mi cuerpo en un temblor cuando Berchiche percutía en solitario por su costado izquierdo. Alelado. De 'lelo'. Alelado, yo. Cabía más horror en la película de miedo, sin embargo.
'El resplandor'. El ultimo fogonazo. El cuarto. No fue el cuánto. Fue el cómo. El más difícil todavía. Hace falta valor. Falta hace. Hacía falta. Porque con un hilillo de sangre circulando por las venas habría bastado para evitar. Para impedir. Para no dejar. Agarrarle del pantalón y bajárselo. Qué sé yo. Para que se quedara en pelotas y, mano sobre mano, se le fueran las ganas de seguir 'jodiendonos' con la pelota.
No recuerdo quién era. Qué más da. Podría haber sido el utillero del equipo andaluz el que, crecido por tanto trago de bebida isotónica, se hubiera arrimado al banderín de la banda derecha manejando el balón con su pierna izquierda. Tenía un jugador del Athletic al lado. Como ad-mirándolo.
De otro modo no se entiende que, los tacos de su bota sobre la pelota, empezara a conducir paralelo a la línea de fondo. El defensor del Athletic, no recuerdo quién era, qué más da, en vez de taparle el paso con su cuerpo a fin de que el balón rodara por espacio ajeno al rectángulo de juego, le procuró 'hueco', que diría José Mota.
Y fue así que el pasillo de fondo se convirtió en el asfalto de un puerto de montaña. Progresaba el escalador. El jugador de Garitano, a modo de aficionado que corre paralelo con una botella de agua en su mano: "¿Tienes sed?"... ¡Sed de ti, león; unas ganas locas de vengar la afrenta de la Copa! De este modo tan sangrante se estaba lidiando el cuarto 'león de la tarde'. Condenado a morir. Como estaba estipulado. Sangre en terreno de Lorca. Desde Córdoba, Julio Romero de Torres pintando como nadie miradas de venganza en los ojos de las mujeres morenas.
"Nunca fui a Granada", canta Paco Ibáñez. Ojalá el espacio aéreo hubiera estado cerrado. Saboteadas las líneas férreas. Pinchadas las ruedas de los autobuses. Sin alas los querubes. Colapso en el cielo. Los versos de Silvio: "Pobres los leones custodios / que nunca llegan a salvarnos / será que son incompetentes / o que no hay forma de ayudarnos".
En plena debacle de los suyos, Gaizka Garitano, a fin de que la historia del Athletic no lo condenara por 'delito de humillación', decidió que 'Sanjo' y Beñat Etxebarria, sabia medida, se despidieran del Athletic Club sentados en el tendido.
Creo yo que a Garitano le viene muy grande el Athletic, cambo ya, jugadores imflabalorados, algunos bajada de sueldo a la mitad
Garitano no eres entrenador para el athletic vete ya, no sabes gestionar la plantilla, jugadores más ética y responsabilidad, bajaros los sueldos
Creo que este entrenador no está capacitado para partidos decisivos, el año pasado igual. Los partidos decisivos parecen cachorros, como contra el leganes y Granada. Cambio de entrenador ya