Probablemente pocas cosas se le habían reclamado tanto hasta la fecha al entrenador del Athletic Club Gaizka Garitano como el hecho de darle una oportunidad en el equipo titular a Asier Villalibre (30 de septiembre de 1997). El 'Búfalo' de Gernika se había tenido que conformar con jugar minutos en esta edición de LaLiga Santander pero siempre saliendo desde el banquillo como presunto revulsivo.
Su propio técnico había declarado un par de veces en la ruedas de prensa telemáticas que se guardaba la baza del trompetista por aquello de que era uno de los dos únicos delanteros auténticos que tenía en su plantilla. Siempre como última bala para poder alterar los partidos en los segundos tiempos.
Sin embargo el futbolista vizcaíno se reivindicaba este lunes con su gran encuentro ante el Real Betis, en el que tan solo le faltó la guinda del gol. No marcó, pero el resto lo hizo francamente bien entendiéndose de forma armónica con sus compañeros de ataque.
Se movió con velocidad, remató con la cabeza y con el pie, descargó la pelota para la llegada de sus compañeros de segunda línea, que fueron los que vieron puerta como fue el caso de Muniain, Capa y Berenguer, y además participó en tres de los cuatro goles anotados ante los sevillanos.
Ahora es el octavo futbolista de la plantilla en minutos disputados, con 282, a través de una titularidad y de 8 suplencias que no le han servido aún para estrenarse ante el marco rival. Todo llegará, será más fácil si tiene tanta presencia como ayer donde hubiera podido abrir su cuenta si no es por las grandes intervenciones del meta chileno Claudio Bravo.
La duda es si Garitano le dará continuidad para ver por fin la explosión de un delantero de 23 años que, como ha ocurrido antes en Bilbao con los casos de Ismael Urzaiz, Fernando Llorente o Aritz Aduriz, lleva su propio proceso de maduración en la élite.