Sabía de sobra Garitano que Getafe no era Betis, ni 'La Catedral', el 'Coliseo'. Lo sacro y lo profano. Donde a San Mamés se honra, donde a Pitxitxi se venera; Coliseo de batallas cruentas. Distinguía Gaizka perfectamente. Por eso "hemos preparado muy bien el partido; sabemos adónde vamos y qué tipo de juego se practica allí". Para que los 'athleticzales' tomaran ejemplo a la hora de ponerse delante del televisor. Que al Athletic no le pillaría por sorpresa nada de lo que allí pudiera acontecer. En el Coliseo. A secas. Hasta Alfonso Pérez respirará aliviado.
Fino y virtuoso el futbolista que prestó su nombre para distinguir este recinto de esos otros tan antiguos. Roma y Madrid. Como si el tiempo no hubiera pasado. José Bordalás. Entrenador que ha colocado al Getafe en las 'listas de Europa'. Lo que no termina de cuajar entre sus colegas son sus maneras. Y es que no todo vale. O sí. Depende. Del rival. Del juez de la contienda. Del Athletic Club. De Melero López.
Coliseum. El mayor espectáculo del mundo. Sobre la arena, luchas disímiles. El elefante y el tigre. El cocodrilo y la pantera. Búfalo contra bisonte. Caballos, toros. Animales varios. Espadas, lanzas, cuchillos, tridentes, redes, escudos. Gladiadores en camiseta. Llenase de pronto el escenario de agua. Naumaquias. Batalles navales en el Coliseo. Un Getafe imperial a las órdenes de un líder inquebrantable. ¿Sería capaz el Athletic? ¿Capaz de qué? De dar la talla en semejante 'campo de batalla'.
Repite 'once' Garitano, le comento a mi compañero. ¿Valiente?... "¿o loco?". Dos preguntas. "¿Quedabien?". Veremos. Fue de llenarse de luchadores el campo y empezar el ajetreo. Y sí. Ya de inicio era evidente. Garitano sabía dónde estaba porque ya, en Lezama, había visualizado lo que en el Coliseo habría de suceder. Guerra en la guerra. ¿Qué cosa es la paz? ¿Qué, la tregua? Y a semejante compromiso, Garitano se llevó a los de la última partida. A los que con buenas maneras castigaron a los béticos. Nadie le creía capaz.
Pero, sí. Se atrevió. A colocar a Vencedor y Vesga juntos en la medular. A confiar en el tridente ofensivo: Iñaki Williams, Iker Muniain, Berenguer. Capaz de asimilar, luego de tanto despiste, que Villalibre es lo más parecido a un 'nueve' repasando su plantilla. Se trataba, ahora, de dar la talla. Y resultó que que a 'estos leones' el Coliseo les sentaba como anillo al dedo. Peces en el agua. Gladiadores.
Daba gusto. La pureza del fútbol residía en la mezcla de los estilos. En la combinación de las variantes. En el fragor de la pelea, ahora la bajo, la toco en corto, me asocio. Atreverse a burlar con el balón al 'Minotauro'. Maniobrar con habilidad por el Laberinto. Y si la 'bestia' embiste, no rehuir el choque. Saltos. Disputas. Balones 'divididos' que no llegan a 'romperse'. Faltas. Saques de banda. Córners. ¡Saque de esquina!
Berenguer. Tocadito. La pone de cine. Villalibre no tiene necesidad de desmarcarse. Se mide a su marcador. Salta y lo supera. Se queda suspendido en el aire. Marca los tiempos. Magnifico testarazo el suyo. El balón se cuela pegadito a la base del palo largo. ¿Por qué tanto tiempo relegado a la suplencia este 'nueve', Gaizka Garitano?
Por delante en el marcador. Fieles a la misma idea. Ser horma del zapato del Getafe. Equipararse en lo 'malo'. Diferenciarse en lo 'bueno'. Crear más que el rival. Y a la hora de 'destruir', no quedarse a la zaga. Es más: el grato gusto de merecer más tarjetas que el propio Getafe. Ahí te quiero ver, Athletic. Más alto. Más fuerte. Más lejos. ¡Y te ganaré hasta en ese momento decisivo en el que la 'cera' debe empezar a repartirse!
Pasmado está el Getafe. Acostumbrado a tanto desmán y todo de su cuenta. Cree Cucurrella que suya es la patente. Y Aranbarri. Y Damián, un 'santo', como Cosme. Y Chema. Fíjate tú, Chema. Cucurella 'el volatinero'. Ignora el catalán que el 'Campo Volantín' está en la margen derecha de Bilbao. Que donde las dan las toman. Que no habrá tregua sino cuando un deficiente Melero López decrete el fin de las 'hostilidades'.
Habrá heridos. Por ambas partes. Que cada cual recoja a los suyos. Capa y su muslo maltrecho. Yuri y esos "mareos" que deberían ser bien revisados por el cuadro médico del Athletic. Por delante y, sin embargo, uno cree que no será suficiente. Que no estaría mal un segundo gol porque no sería cosa extraña que el Getafe marcara. El Athletic, en contra de lo que la gente opina, no se echó atrás. Acaso, al agudizarse lo bélico, el balón no pisaba suelo suficiente como para que Vencedor, Vesga y el resto de la tropa creadora lo tuvieran a buen recaudo.
Los cambios. Esos en los que Garitano nunca acertará porque son pocos los que los alaban, y legión, los que le atacan por los 'cinco' costados, porque cinco son las sustituciones reglamentadas. Si me dan a elegir, acaso dudar, por no terminar de entender, a la hora del ingreso de Sancet en una batalla tan avanzada. Ofensivo sin ofender. Tierno por bondadoso. Virtud en toda contienda. Sí. Pero nunca "bala feroz al centro del combate".
Garitano conocerá el por qué. Pero, por experiencia propia, es sabido que jugador creador y atacante que se incrusta en área propia tiende a no implicarse con el mismo ardor que lo hace en la ajena. Flojeó Oihan en una disputa. Balón perdido. Al borde de la frontal. 'Ángel' para un final. Rápido, raso y a la red. A falta de un cuarto de hora. Un mundo.
Que el Athletic supo gestionar. Cuando el fin justifica los medios. El 'fin' de llevarse el partido así el uno como el otro. Los 'medios' que Melero López ve y no evita. El partido lo supera. Y aturdido queda al comprobar que el Athletic, lejos de arredrarse, va a por todo del mismo modo que el Getafe a ir a por todo acostumbra. Que no pone la otra mejilla. Que es capaz de ser mas agresivo que el equipo que por sus hechos es afeado tanto. Que termina 'dando' antes de 'recibir' y lamentarse. Que supera en tarjetas a su rival.
Mientras el fútbol sea fútbol, y el Getafe, ejército bien aleccionando en su Coliseo, cuando de visita baje a él el Athletic, los leones elegidos tendrán insertado en su memoria colectiva que cuando se va a la guerra, a la guerra se va. Ojalá que el juez que medie en la contienda esté más preparado que Melero López cuando le llegue su hora.