El Athletic Club se presenta este martes en el Alfredo Di Stéfano de Valdebebas con Gaizka Garitano en el banquillo, a pesar del continuo cuestionamiento que sufre, y su revolución inacabada, los cambios profundos con los que paliar el escaso juego con el que arrancó la temporada en LaLiga Santander.
Fue hace cinco jornadas, tras caer en Valladolid, cuando quedó claro que desde el propio club había voces que se sumaban a las aceradas críticas exteriores a un técnico que, con más o menos juego, presenta unos méritos históricamente indiscutibles en Bilbao.
El de Derio había salvado del desastre a un equipo que parecía irse seguro a Segunda en 2018/2019; lo llevó a pelear por Europa esa misma temporada, aunque sin conseguirlo; y en la siguiente, siguió peleando por un billete continental que tampoco alcanzó, pero sí logró un hito muy valorado por su afición: una final de la Copa del Rey.
Así, recibió hace cuatro jornadas al Betis sabiendo que si perdía sería cesado. No sólo no perdió, sino que ganó por goleada (4-0). Lo que calmó los ánimos.
Pero, tras empatar en Getafe un partido que tuvo mucho tiempo ganado, una nueva derrota en casa semana y media después ante un Celta en descenso volvió a ponerle en la picota.
Lo que le hizo presentarse este sábado en Mestalla también pendiente de los que sucediese. El Valencia todo quedó en empate. El resultado, las sensaciones de un equipo capaz de remontar pero también de cometer dos errores graves y la situación de Garitano.
Ante el Betis, el técnico inició una revolución que se plasmó en el campo con sólo dos cambios en el once, pero de mucho calado y con consecuencias claras en la manera de encarar los partidos.
Prescindió de lo más pétreo de su guardia pretoriana, los García, Dani y Raúl, piezas claves desde su llegada, y dejó el fútbol en los pies de jugones. De Iker Muniain, al que centró a la media punta, y Unai Vencedor, un mediocentro joven y mandón. Como guinda, por fin, dio la titularidad a un Asier Villalibre que la pedía a gritos.
Consecuencia: el Athletic juega más fluido y tiene más gol con la movilidad y el remate a un toque del Búfalo. Aunque mantiene su irregularidad. Como, por ejemplo en las segundas partes en Getafe y ante el Celta. En el Coliseum se confío con el 0-1 que defendía sin problemas y acabó llegando el empate. El segundo tiempo ante el Celta fue otra cosa. El conjunto del Chacho Coudet, muy mejorado, superó a los 'leones' con la claridad que reflejó el 0-2 final.
Esa segunda mitad ante el Celta impactó en el ánimo de Garitano, que en Mestalla dio un paso atrás en su revolución. Sentó a Vencedor para recuperar a Dani García, que sumó otro penalti a los que encadena en los últimos tiempos para que el Valencia abriese el marcador. Aunque no jugó mal en adelante.
Posteriormente, dos detalles relevantes que no ayudan a Garitano. Cambió a Villalibre con 1-1 y justo cuando, tras empatar el partido, el Búfalo empezaba a ganar el juego aéreo a sus rivales; después, con 2-2, sentó a un Muniain se había hecho con las riendas del choque y había provocado en una gran jugada por la línea de fondo el penalti con el que Raúl García había puesto el 1-2.
Pareció no gustarle el cambio al capitán. Probablemente tampoco a los aficionados bilbaínos que veían el choque. Y menos para sacar a un tercer central, Unai Nuñez, y defender el 2-2 provocado por un nuevo error grave de Unai Simón. Sin ese fallo del internacional, que lleva varios en este curso, el partido parecía rojiblanco.
Pero no lo fue y el Athletic llega a Valdebebas a mitad de camino entre un equipo que parecía defender una nueva idea y un técnico que duda en seguirla en medio de un entorno que no para de cuestionarle.
Y eso ante un Real Madrid pletórico y ganador de dos partidos que, sí o sí, debía vencer para seguir vivo en todas las peleas. Una racha de dos victorias precisamente en su casa que el Athletic querrá cortar. ¿Con revolución o sin ella?.
Ezkieta TITULAR. ES EL MEJOR, SOBRE TODO POR ALTO Y EN LAS SALIDAS. ES UN PORTERO SEGURO. La titularidad hay que ganarsela exactamente igual que la suplencía.
Garitano estuvo muy malo en los cambios de Iker y de Villalibre. Y Unai Simón continua dando goles a los otros equipos.
Garitano tic tac tic tac tic tac...
El mister ha perdido los papeles nadie entiende los cambios que efectuo un partido que tenia ganado y al final por fallos individuales se acaba en empate.