El debut de Marcelino García Toral como técnico del Athletic Club, ante el FC Barcelona en San Mamés, resultó fallido más allá de que ofreciese momentos de ilusión y que en solo un partido pocas valoraciones de cierta consistencia puedan hacerse. Y más ante un rival de la entidad del Barça, que siempre depende más de sí mismo que de lo pueda oponerle el contrario. Que en el caso del Athletic esta vez fue poco y, sobre todo, al principio.
El arranque a mil por hora con un gol en el minuto 3 y otra gran ocasión en el 6 para el 2-0 fue una estimulante declaración de intenciones de la era Marcelino. Pero no tuvo mucha continuidad y la salida vertical, ambiciosa y agresiva del Athletic se diluyó rápido, enredado por el fútbol inteligente y la pegada del Barça.
Técnico y jugadores rojiblancos hablaron de 20 minutos buenos, pero no llegaron ni a un cuarto de hora. Su ultima llegada peligrosa en ese tramo fue en el minuto 12 y en el 14 llegó el 1-1 y con él el principio de fin.
Sorprendió la debilidad defensiva de un equipo que tiene en esa línea su fuerte. Pero Unai Simón estuvo bipolar, excelente bajo palos y desastroso en las salidas, y sus compañeros tampoco le ayudaron mucho. Ejemplo el 1-1. A un balón intencionado, pero a la nada, de Leo Messi a Frenkie de Jong no acabaron de ir ni el meta ni Íñigo Martínez ni Yuri Berchiche y, como consecuencia, el primer gol de cabeza en la carrera de Pedri González.
Ese tanto cambio el encuentro, a partir de ahí las llegadas y ocasiones visitantes no cesaron y el 1-2 que volteó el choque llegó después de que Unai Simón abandonase inexplicablemente la portería
En ese desbarajuste defensivo sorprendió sobremanera lo suelto que jugó Messi, un futbolista al que si no se le encima, y con más de un jugador cada vez, cada jugada puede acabar en gol. Así terminaron tres y otras dos se estrellaron en el palo.
Y el descalabro pudo ser mayor porque en San Mamés compareció uno de los mejores Barcelonas de un tiempo a esta parte. Principalmente porque Messi volvió a ser el de antaño. Eso si, bien acompañado por Pedri, por De Jong y hasta por el apagado Antoine Griezmann.
Es obvio que es el primer partido de Marcelino y que una comparativa con Gaizka Garitano, al que ha sustituido, deberá ser a más largo plazo. Aunque no hay que olvidar que con el vizcaíno el Athletic encadenaba tres partidos sin perder y con la puerta a cero ante el Barça en 'La Catedral'. Los dos últimos, victorias. Ambas inolvidables para la afición rojiblanca con goles a última hora de Aritz Aduriz e Iñaki Williams. Ayer Iker Muniain también marcó al final. Pero no sirvió porque el encuentro ya estaba perdido.
Uno de los argumentos para el relevo de Garitano y la llegada de Marcelino era que el asturiano apostará por los jóvenes canteranos como no acabó de hacerlo el de Derio. Pues bien, para empezar, Marcelino prescindió en la convocatoria de Oier Zarraga y Aitor Paredes, aún con el riesgo de quedarse sin relevo para los centrales y con solo uno para el doble pivote en una lista recargada de delanteros ante un rival como el Barça.
Además, Asier Villalibre, uno de los jugadores más demandados por la afición rojiblanca y goleador cuando está en el campo, no jugó ni un minuto incluso quedándole al técnico un cambio más.
Por contra, el de Villaviciosa recuperó en la citación a Íñigo Vicente; mantuvo en el equipo, y durante los 90 minutos, a Unai Vencedor; y sacó a Jon Morcillo al final. Las otras 'perlas' por las que suspira la afición.
Pinceladas del primer partido de una nueva época que necesita su tiempo para desarrollarse, pero obligada a cierta coherencia con las razones para un cambio tan inusual en el Athletic. Que no acostumbra a destituir a un entrenador noveno en la tabla de LaLiga Santander y más cerca de Europa que del descenso.
Ojo con Unai Simón. Después de que se hizo internacional no para de cantar sobre todo en las salidas, que mide casi 2 metros. Y ya lleva unas cuantas cantadas. Falta más sangre., actitud y carácter. Y la defensa también no le está ayudando mucho últimamente., Marcelino es listo y lo verá todo seguro.