¡Alirón, alirón el Athletic es Supercampeón!

¡Por fin una final ganada al Barça! Desde que el entrenador argentino Héctor Cúper pronunció aquella maldita frase de que “las finales no se juegan, o se ganan o se pierden” a los que estamos acostumbrados a perderlas nos dan ganas de tener a mano el bate de béisbol como al personaje de Michael Douglas en ‘Un día de furia’.

Ahora, luego pensábamos el meritazo que tiene el Athletic Club de jugar constantemente finales con esa filosofía, única en el mundo, que le convierte en el máximo ejemplo del salmón que nada contracorriente y entonces, pese al cabreo, no podemos más que sentirnos orgullosos. Y encima ahora se gana para alegrar la vida de los athleticzales. Sí, se gana y de forma merecida al Madrid y al Barça. Ahí queda eso.

Orgullosos de los hombres de Marcelino, que este domingo en La Cartuja de Sevilla, han vencido en la prórroga ante el FC Barcelona por (2-3) en la final de la Supercopa de España. Un “torneo menor” para los ricos que lo pierden, ya saben, pero por si acaso Leo Messi fue titular... y fue expulsado por agredir. desesperado, al Búfalo Villalibre. No supo perder.

El conjunto bilbaíno ha demostrado que como Alkorta dijo "con esta filosofía se puede llegar a finales" y, ahora también ganarlas... Esperemos que la segunda que se alce sea la de Copa del 4 de abril ante la Real Sociedad. ¡Cómo nos ha cambiado Marcelino la vida en dos semanas!

Marcelino va con el once de gala en un gran primer tiempo de sus hombres

El técnico de Villaviciosa ha abrazado la bandera de la ambición desde que ha aterrizado en Bilbao. Con un título en juego y pese a haber descansado menos fue con todo a la cita. Un solo cambio con respecto al equipo que eliminó al Madrid el jueves: entró Yeray en lugar de Unai Núñez en el centro de la defensa. El planteamiento también fue casi similar. Los leones salieron intensos con fuerte presión, un pelín más atrás, y salida rápida de balón. Eso deparó un buen arranque de los vascos que supieron sacarle una amarilla a Lenglet a los 10 minutos con la velocidad de Williams; todo sin pasar el menor problema en defensa merced a un trabajo coral excepcional.

Messi no entraba en juego, Griezmann y Dembelé poco... hasta el 25' en el que 'El Pulga' le dio un susto a Unai Simón en una falta lateral. Pero fue casi más un lío del propio meta alavés. Ese tiro, otro chutazo del argentino y poco más hicieron los de Koeman en esa primera mitad, hasta que Griezmann hizo el 1-0 en un balón de Messi a Jordi Alba. Rompió toda la defensa. Aquello olía al principio del fin cuando en la siguiente jugada Iñaki Williams vio una entrada por la espalda culé de De Marcos para que el de Laguardia hiciese, con arte, el 1-1. Aleluya.

Un gol de Demar psicológico como pocos y muy en la línea de su etapa llegadora, por cierto, con Marcelo Bielsa.

Se esperaba que La Cartuja sonriese a los bilbaínos

Al inicio de la segunda mitad el partido estaba vivo, equilibrado e incluso, con un tono un pelín mejor para el Athletic. Pero había que medirse con la bestia de tú a tú. Y Messi no metió una falta en el 52' de milagro con estatua de Simón. Aún sudaban las manos cuando Raúl García cabeceaba el 1-2 en una falta lateral de Muniain, el gol de la esperanza... que el VAR anulaba por fuera de juego. Dolió, pero lo fue. A partir de ahí, minuto 60, Marcelino optó por echar al equipo atrás para buscar sus famosas contras en un robo al Barça.

Tuvo una buena de Williams, en un jugadón de Capa, pero no atinó con la portería y esas no se pueden perdonar en una final ante un Barcelona. Había pocas ocasiones que se cotizaban como el oro. El propio hecho de que ningún entrenador metiera cambios era indicativo de que la sombra de la prórroga planeaba por Sevilla. Pero Antoine Griezmann no estaba por la labor e hizo el 2-1 en el 76' a pase, otra vez de Alba que Simón no pudo atajar. Tocaba jugársela y Marcelino no dudo en quitar a los dos laterales para meter a gente fresca que atacase.

A la desesperada había que crear una ocasión y meterla claro. El Barça no tuvo ningún problema en recular, a años luz del guardiolismo, pero cuando haces el rácano el fútbol te la lía. Asier Villalibre, a los 9 minutos de salir empataba en un balón parado de Muniain incrustándola en la meta catalana. Un gran y merecido gol del Búfalo que premiaba al equipo con una prórroga por su esfuerzo. Y, ojo, que el de Gernika sufrió un penalti de Alba que el árbitro, el VAR y la TV se fumaron.

Tiempo de prórroga con el gol de la carrera de Iñaki Williams

La media hora extra empezó de cine. Iñaki Williams metió un golazo brutal por toda la escuadra. De esos que dan la la vuelta al mundo y a alguna otra galaxia muy, muy lejana. El 2-3 que dio paso al último cambio con la salida de Unai Núñez por un Iñigo muerto. El de Sestao tuvo el 2-4 pero no llegó por medio milímetro a rematar.

Ver a los chicos presionar hasta Ter Stegen al inicio de la segunda parte de la prórroga fue para frotarse los ojos. Esas son las cosas que a un athleticzale le hacen aflojar el lacrimal. ¡Vaya par de huevos! Pero el Barça iba ya a muerte y tuvo una de Griezmann y un mal despeje de Núñez que casi generan infartos por toda Bizkaia. Morcillo tuvo una contra para resolver, pero no estuvo fino, y fue la expulsión de Leo Messi, por agredir a Morcillo, la que acabó con la final. El Athletic es campeón.

Y el siguiente capítulo del Athletic pasa por la Copa del Rey

Aparte de tener la mirada fijada en la final del 4 de abril en el mismo escenario de hoy, en La Cartuja de Sevilla, ante la Real Sociedad los leones arrancan este jueves en Can Mises la nueva andadura en la Copa del Rey con el duelo a partido único ante la UD Ibiza. El líder del Grupo III, que ha vencido este domingo por 1-0 al Atlético Levante.