Parece mentira que todavía haya en Bilbao quien cuestione la figura de Raúl García Escudero y su aportación en el Athletic Club. Fuera es más comprensible. Su garra y su determinación hacen que sea uno de los rivales más incómodos de las últimas décadas. Seguro que incluso algún día cuando se retire el navarro encabezará alguno de esos rankings y, por supuesto, ese colgar las botas generará suspiros de alivio.
‘Rulo’ se ha ganado a pulso ser uno de los jugadores más queridos por la afición de San Mamés. Llegó procedente del Atlético de Madrid como una gran apuesta de Josu Urrutia en el mercado veraniego de la temporada 2015-16 y desde entonces ha cumplido con creces a base de goles, asistencias y muchísimo trabajo. Hace lo que se le pide y siempre predica con el ejemplo ante sus compañeros. Es un profesional las 24 horas del día.
En los últimos tiempos ha jugado más cerca del área y la pasada temporada logró nada menos que 15 goles en LaLiga Santander, su mejor registro hasta la fecha. En esta campaña no está tan resolutivo. Suma de momento 5 dianas en 1670 minutos de juego. Pero para la historia quedan sus dos goles al Real Madrid en la semifinal de la Supercopa de Sevilla. Es uno de los referentes del equipo en cuanto a generación de juego ofensivo.
El de Zizur Mayor no pudo celebrar la victoria ante un Valladolid que igualó por dos veces las ventajas en el marcador de los de Marcelino García Toral. Pero si vivió tres circunstancias de las que poder sentirse orgulloso. Por una parte marcar, por otra que ante los pucelanos alcanzó los 250 partidos como jugador del Athletic, y retornando al apartado goleador, al remachar en boca de gol una gran asistencia del recién entrado Iñaki Williams, alcanzó la cifra de 101 tantos en LaLiga.
Un número que coincide exactamente con el consiguió uno de los grandes iconos del conjunto de San Mamés, Julen Guerrero, que paró su contador de tantos también en esa cifra.