Agosto en términos futbolísticos es sinónimo de ilusión. Ilusión por ver al equipo en una nueva temporada con la esperanza de que mejore las prestaciones ofrecidas en la campaña anterior, ilusión por ver a ese nuevo futbolista recién llegado del que todo el mundo habla maravillas, ilusión por soñar con alcanzar de nuevo fases lejanas de un torneo… Y estas sensaciones se multiplican exponencialmente cuando el conjunto al que nos referimos es el Athletic Club.
Recuerdo mis primeras temporadas acudiendo a Lezama. Era un niño, pero a pesar de poder contar con los dedos de una mano mis años, ya disfrutaba de aquellas interminables sesiones de verano bajo el sol de Euskadi. Los más jóvenes buscábamos siempre la figura más reconocida de las temporadas anteriores (en mi caso dirigía habitualmente la mirada hacia Ismael Urzaiz) pero los más asiduos del lugar buscaban algo diferente que a ojos del resto pasaba desapercibido.
Si algo tiene grande este club es su cantera, y es ahí donde de verdad nos tenemos que fijar, como hacían los más mayores a pie de banda.
El conjunto de Marcelino García Toral ha completado una de las mejores pretemporadas de los últimos años, compitiendo ante equipos de un alto nivel y a domicilio. Este Athletic gusta y mucho. El sello del técnico asturiano es visible desde la portería hasta el hombre más adelantado y se adapta a los futbolistas como si de un guante se tratase.
Presión alta, robo rápido de balón y verticalidad, mucha verticalidad. Las señas de identidad de un equipo valiente y atrevido que estoy seguro nos dará grandes jornadas de fútbol en esta campaña 2021/2022 recién comenzada ante el Elche CF.
Si una cosa destaco de estas semanas es la irrupción de varios futbolistas de Lezama que han pisado fuerte sobre el césped. Oier Zárraga, Nico Williams, Dani Vivian, Julen Agirrezabala… sumados a la consagración de hombres que apuntan a ser importantes como Unai Vencedor, Jon Morcillo, Oihan Sancet o Asier Villalibre ha creado en el universo rojiblanco una atmósfera de optimismo como hacía tiempo que no se sentía.
Es cierto que de nuevo no ha habido grandes nombres en este mercado, pero creo que hacerse con los servicios de Alex Petxarromán ha sido un acierto al igual que lo fue la “polémica” llegada de un futbolista diferente, con gol, hambre, calidad e incluso cierto punto de magia: Alex Berenguer.
El navarro ha llegado al inicio de la temporada en unas condiciones óptimas y el tanto anotado en Anfield no hace sino constatar que el ahora '7' rojiblanco está llamado a ser pieza clave para Marcelino García Toral. Y a buen seguro cumplirá con creces.
El Athletic se presenta en la máxima división del fútbol estatal con una plantilla amplia y de garantías que combina a la perfección veteranía con juventud, experiencia con desparpajo, conservadurismo con ambición.
Es un auténtico placer ver un encuentro de este Athletic, con una gran proyección ofensiva que provoca que se generen numerosas ocasiones de gol, con una defensa solvente que, salvo ante el Liverpool, claro candidato a ser campeón de la Champions League, no tuvo mayores problemas para solventar las acometidas de los rivales y con una línea de medio campo que tiene muy claras las líneas de juego que este equipo necesita y que ejecutan a la perfección.
Es por ello que este año al volver a enfundarse la camiseta y la bufanda de nuestro equipo lo haremos de manera diferente, sentiremos algo especial, acudiremos al templo de San Mamés y comulgaremos con este equipo porque de verdad creemos en lo que hasta ahora hemos visto.
Tras empatar en Elche tenemos por delante 37 jornadas intensas llenas de pasión más las correspondientes a la Copa del Rey y Supercopa y, sobre todo, tenemos por delante el reto de reforzar una idea de club única y especial que puede darnos los mejores fichajes que un club puede tener, los jóvenes que acceden al primer equipo desde el conjunto filial y que este año ya han tocado y fuerte la puerta de la Primera división.