El cronista tiene la costumbre de ir apilando en su cuaderno los 'hitos' que se van levantando en el viaje del partido. Anota, también, de modo enfático, los vaivenes que el juego despiertan en su ánimo. ¿Su intención? Repasar los apuntes al final de la partida para no dejarse llevar por la euforia que provoca tanta opción de gol desperdiciada. Se habla de "un partido extraordinario" por parte del Athletic Club. El cronista, en cambio, en esta 'contra' que está escribiendo, se ve obligado a ir 'contracorriente'.
Partiendo de un 'once' desequilibrado, el choque, ya de inicio, se decantó por los derroteros de la locura. Un rectángulo caótico. Un encuentro tácticamente desastroso en el que el RCD Espanyol se encontraba a gusto. Comienzo preocupante. Fisuras por la banda izquierda a la hora de defenderla entre Nico Williams y Lekue.
El miedo se apoderó del cronista al comprobar que, pasados diez minutos, Vesga, indolente, le había entregado dos balones al contrario. Vencedor, 'solidario' con su compañero de línea, perdía balones posibilitando contraataques de un Espanyol que tan solo con la posesión 'intimidaba'.
Fue Sancet, sin embargo, el que testó la fragilidad de la zaga 'perica'. Ofreciendo su pecho para el 'rechazo', se plantó en la portería rival para poner las dos primeras piedras del monumento que se terminaría edificando en honor a Diego López, un arquero, desde siempre, muy del gusto del cronista. El tercer intento, de Muniain, fue frustrado por un defensor que se retorció sobre la línea de gol.
Diez minutos más tarde, Ohian, previo control con el pecho, le invito al 'buen Diego' a que se luciera con una volea que, de haberse escorado, le habría puesto a los de Marcelino por delante. "Al equipo le falta pericia". Y le sobra permitir tantos centros laterales al área. El 'cántaro y la fuente'.
Se termino rompiendo en el brazo de Vesga. Mikel Vesga, otrora brújula de Ziganda en la aventura por LaLiga SmartBank, se estaba cargando el partido. Muniain y su disparo blando. El Athletic y su pasmosa infantilidad. Concediendo las bandas y las rondas por la corona de su área. Sin chutar a portería más allá de la estrategia de la cal, el Espanyol, por delante.
El hábito de 'castigar' al virtuoso por querer renovar 'al gusto de 'la casa' le otorgaba la titularidad a De Marcos, un jugador que ya no está para 'trotes'.
Salió aturdido el Athletic de la caseta. Tuvo que ser Lekue, con su 'profundo descaro', el que despertara al león dormido sirviéndole de lujo a Iñaki para que el 'futbolista franquicia' rojiblanco igualara la contienda. "¡Ahora empieza el partido!", apuntó el cronista en su agenda.
Y lo hacía no por mérito del grupo, sino gracias al descaro de Lekue. Iñigo Lekue. Ese experto en 'bandas derechas' que, luego de madurar con Ziganda en Lezama, en su primera aparición en la Catedral de la mano de Valverde, provocó, con su descaro en ataque, apertura global de bocas en la grada de San Mamés. "Este es el momento", se dijo el cronista. Así lo entendió Vencedor, castigando duro y raso la pelota. Azkenez, Unai: bazen garaia!
Aprovechando el desastre táctico del encuentro, el Athletic decidió ser cuchillo penetrando la mantequilla blanda españolista. Pero a la hora de 'matar', ¡Ay, Marcelo! ¡Ay, Iker Muniain! Pero, por encima de todos los lamentos, esa expresión desgarrada con signos de admiración al comprobar que un contraataque tan bello, ligado entre Lekue y el magnífico Williams, no fue consumado por Berenguer.
El navarro debería haber fusilado al portero. Bondadoso, optó por darle a Diego López la última oportunidad para que, a ojos de de la opinión pública, se convirtiera en el 'MVP' de un partido desequilibrado, loco. De juego caótico. Aún tácticamente desastroso, el Athletic se tendría que haber ido a la caseta con unos guarismos de escándalo.
Para mí te ha contado el partido uno de la Real.
Ya solo viendo q la banda izquierda la defendían Lekue y Nico...el cronista vio otro partido y empezamos mal