Las lesiones de algunos compañeros comenzaron a abrirle un hueco en el terreno de juego y a base de trabajo y convencimiento, ha conseguido ganarse esa confianza que Marcelino ya le mostró cuando le dijo que contaba con él. Ahora se siente querido y protagonista, algo esencial en un jugador. Hablamos de Iñigo Lekue, quien ha pasado del ostracismo a la titularidad.
Ha sido mucho tiempo en el banquillo, otro tanto lesionado. Lastres por los que nunca ha terminado de cuajar en el Athletic, aunque ahora se encuentra en un momento dulce en ese sentido. Fue el propio Marcelino el que apostó por él. Lekue confió en su palabra y para nada se arrepiente de ello.
"Me dijo que contaba conmigo y que si cambiaba de opinión y dejaba de hacerlo me lo diría, como ha pasado con otros compañeros. Me quedé sin ponerme más meta que hacer una buena pretemporada e intentar crecer en cada entrenamiento. A partir de ahí las cosas me han ido bien, pero si no hubiese sido así tampoco me hubiese arrepentido de la decisión porque creo que era la correcta", explica Lekue durante una entrevista en Deia.
En la época de Ziganda en el banquillo fue cuando Lekue firmó su extenso contrato con el Athletic. Un contrato que sigue en vigor, pero que pasó por diferentes etapas durante este tiempo atrás.
"Ese contrato estaba en vigor y veía que eran ya varios años sin jugar demasiado. El club y yo hablamos al respecto, pusimos sobre la mesa cuál podía ser la mejor decisión para todos. No jugaba y era un activo del club que estaba perdiendo valor, pero se decidió que debía continuar. Marcelino me dijo que contaba conmigo y afortunadamente parece que he acertado quedándome", añade.