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No, no vale todo en el Athletic

Iñigo Landa Larrazabal

Este pasado martes tuvo lugar la Asamblea Extraordinaria del Athletic Club con un sólo punto en el Orden del Día: La aprobación del Presupuesto para el Ejercicio 2021-22. Como se observa, la propuesta presupuestaria modificada, con la aportación lineal a todas y todos los socios de 85 euros (que era confundida por una derrama, cuando, en realidad, es pura cuota), fue aprobada por 475 votos.

Así, queda superada esta etapa de presupuestos por lo que, ahora, podremos dedicar por fin los próximos meses a asentar una plantilla llena de nuevos valores, compartir y debatir la necesaria Reforma de unos obsoletos Estatutos y trabajar para sacar adelante un proyecto de Grada Popular que dé cabida a todas las iniciativas que la juventud y la animación de nuestra afición necesitan.

Cartel de la Asamblea General Extraordinaria del Athletic Club celebrada en noviembre de 2021.

Por ello, la aprobación de estos presupuestos es algo de todo positivo para la Institución ya que es una herramienta fundamental y, una vez terminado el mandato de la actual Junta Directiva, se pueda entregar el testigo a una próxima candidatura que pueda mirar al frente con seguridad y fortalezas suficientes para defender nuestro Club en los difíciles tiempos que se avecinan en todas las áreas en las que competimos con nuestros rivales.

Como nota negativa, no faltaron, eso sí, de forma muy puntual, palabras gruesas…

Términos duros como lo pueden ser hablar de cambalaches, de falacias, de maquillaje en las cuentas, llegando, incluso, hasta el punto de acusar veladamente falsedades en las mismas. No me parece que la Asamblea sea el lugar adecuado para efectuar ese tipo de acusaciones, como se recordó desde la Mesa y, yo mismo subrayé desde la tribuna de intervinientes.

El presidente Aitor Elizegi en la Asamblea Extraordinaria del Athletic Club.

En este sentido tuve que argumentar en mi intervención que, si alguien tiene constancia fehaciente de todo eso, el lugar donde se debe acudir no es a la Asamblea sino al Juzgado (en ese caso Mercantil de los de Bilbao) y, allí probar esas acusaciones y, en su caso, denunciar a la Junta Directiva y a la empresa que lleva años auditando esas cuentas.

La pregunta pertinente sería ¿Por qué no lo hacen quiénes acusan? Obvia recordar que, quién tiene conocimiento de un ilícito y no lo pone en conocimiento de la Autoridad competente, se convierte en encubridor de ese supuesto delito. O, en realidad,... ¿no será que las cuentas son impolutas y solo se pretende generar dudas y, de paso, seguir desacreditando de forma machacona a determinadas personas?

No. No vale todo.

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