Nico Williams abre las puertas de la final al Athletic de par en par

De un tiempo a esta parte hay algo bizarro en los enfrentamientos entre Athletic Club y Atlético de Madrid. No podía ser menos entre padre e hijo. Algo encanallado, si se me permite la expresión, desde la llegada del 'Cholo' Simeone. Inolvidables el pisotón a Julen Guerrero en San Mamés o la dolorosísima derrota en la final de la Europa League en Bucarest con la vorágine de Marcelo Bielsa. Por eso ganarles sabe tan bien.

Este jueves hemos vivido un nuevo episodio en la semifinal de la Supercopa de España 2022, disputada en Arabia Saudí a la salud de una riada de petrodólares para la RFEF. Los de Marcelino García Toral han vencido, con goles de Yeray y Nico Williams, con un marcador de (1-2), ante los colchoneros en una noche de balón parado en la que se ha visto un fútbol mucho más defensivo que en el llamado 'Clásico'.

Da igual, eso es problema en todo caso de los espectadores y pagadores saudíes. Lo que vale es la remontada y el billete para la final que hay que unir a la figura de Nico, un gran revulsivo desde el banquillo, y eso que hizo llorar a su madre en la grada. También ha vuelto Yuri Berchiche 9 meses después, Grandes noticias.

El Athletic ha ganado las últimas ocho semifinales que ha disputado. La buena racha comenzó en 2009 en San Mamés con el famoso partido del 'rabo' de Del Nido

Atentos ya a la gran final del domingo, a disputarse en el mismo escenario del Estadio Rey Fahd, a partir de las 19.30 horas, ante el todopoderoso Real Madrid, que la van a disfrutar de nuevo los Leones. Otra final más... la cuarta en un año, la décima en 12, jugando con nuestra Filosofía. Eterna. Única.

La baja de Vencedor adormece la salida de balón

La ausencia de la brújula de Rekalde centraba las preocupaciones vizcaínas, que vieron como se daba el timón a un Oier Zarraga algo perdido. Enfrente un Atlético, el 'Pupas', que dicen en horas bajas, pero siempre peligrosísimo y con un plantillón. De hecho salieron mucho mejor, con 3 centrales, y dieron varios sustos. Le anularon un gol a Joao Félix en 15 segundos, por un claro fuera de juego, aparte de otro buen disparo en el área vasca y hasta pidieron un penalti de Berenguer a Lemar.

Le costó entrar al partido al Athletic. Hasta que Muniain y Sancet se encontraron iba a remolque, pero luego Williams tuvo una magnífica -de volea en el 10'-, tras un buen toque de Sancet, aunque Oblak se la sacó abajo, y además se pidió un penalti por un claro pisotón de Kondogbia sobre Oihan que el VAR de Estrada ni comentó. Golpe por golpe se entró ya en una fase de equilibrio.

El partido pasó a trabarse hasta el descanso

Hacia el 25' el duelo se asemejaba más a lo que se perfilaban las previas. Mucha presión de ambos, dificultad para combinar y, sobre todo, para acercarse a los dos porteros. Encima si se la das para disparar a Dani García lo tienes complicado, porque el de Zumarraga las ve cuadradas en esa zona 'del dinero'.

Era un partido de esos en lo que lo más aplaudieron eran las recuperaciones de balón, con nota alta de nuevo para Dani García, mientras los bostezos seguramente atacaban a los saudíes que estaban en una grada medio vacía. Al descanso la sensación era de que el duelo 'padre-hijo' era un truño.

En la primera mitad el Athletic se limitó a defender y dársela a Iker Muniain, que generalmente la acababa perdiendo

La semifinal de la Supercopa pedía la chispa de Nico Williams

Las cosas más potables las armaban Sancet-Muniain, pero no se concretaban nunca en el área madrileña. Ellos tampoco hacían nada que no fuera esperar atrás, así que se miró a los banquillos. El primero Simeone. Y la fortuna le vino en un córner. En el 61' entre Yeray y Simón se la comían en un rematito de Joao Félix (mal marcado por De Marcos) que dio en el palo y en el trasero del meta alavés y supuso el 1-0.

Increíblemente Iñigo Martínez pudo empatar de la misma, en una falta lateral de Muniain, pero Jan Oblak la sacó con la tripa en la raya de gol. Era una jugada clave. Psicológica. En el 69' salían de golpe Nico Williams, Raúl García y Vesga a intentar armarla (y de qué manera) en una noche muy pobre en la que Oblak salvaba de nuevo a los suyos ante Iñaki. Luego lo iban a lograr conformando una gran ventana de cambios.

Vuelve Yuri, y Yeray y Nico dan la voltereta... ¡y a la final!

La primera alegría ya fue ver entrar a Yuri Berchiche 9 meses, lo hizo justo antes de que Yeray se recuperase de su despiste a Simón anotando de cabeza el 1-1 en un saque de esquina de nuevo de Iker Muniain. Un gol necesario, justo, vital, que hizo al equipo despegar y a partir de ahí tan sólo el meta esloveno salvaba a los madrileños. Eran momentos de verdadero acoso vasco sobre su portería y ahí llegó el 1-2 de un Nico Williams, en otro córner de Muniain, que había salido cual fiera al césped. Verde que te quiero verde.

Qué delirio. Lástima la roja de última hora de J.M. Giménez por una patada en la cabeza (¿?) a Iñigo Martínez que sobraba por completo, en el 93'. En fin, estas cosas siempre… Bueno, a la final y punto. Y a intentar ganarla, como se logró ante el Barça en 2021.