Fue hace 4 años cuando una de las marchas más dolorosas de un jugador surgido desde Lezama se hizo realidad total. Tras el doloroso adiós de Fernando Llorente resultó demoledor ver escapar (al segundo intento) al llamado a ser 'el nuevo Iribar'. En esa fecha el Chelsea FC le había comunicado al Athletic Club de Bilbao que había abonado (a las 09:22 horas) la cláusula de 80 millones en la LaLiga y que, por tanto, se llevaba a su guardameta internacional, Kepa Arrizabalaga, para ponerlo a las órdenes de Maurizio Sarri.
Ese miércoles 8 de agosto, Kepa, que había renovado hacia 192 días tras el affaire navideño del Real Madrid en Ibaigane hasta 2025, se trasladaba por contra a Londres -desde Madrid- para estampar un contrato por 7 años con los 'blues' con los que fue presentado el día 9 del que hoy se cumplen 4 años.
Fue todo un culebrón puesto que pese a que hubo varias marchas más Kepa era un perfil de jugador vizcaíno, siempre de la casa, euskaldún, troquelado desde su entrada en Lezama para ser un mito en Bizkaia y fue un golpe de realidad en el sentido de que este fútbol actual es otra cosa.
Las cantidades que se manejan y ofrecen a los futbolistas rompen cualquier medida y de hecho fue el portero más caro de la historia de este deporte. También es justo decir que los 80 millones que entraron en Ibaigane han sido todo un salvavidas en los duros años de pandemia.
Ahora, a sus 27 años Kepa Arrizabalaga ahora podría salir cedido al Nápoles italiano tras una errática trayectoria en el Chelsea y en la selección española donde dejó su sitio, casualmente, con el tiempo al meta del Athletic Unai Simón.