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Rock duro en la Catedral del Athletic

Kuitxi Pérez

Lo del "rock and roll", llevado al tipo de fútbol que habría de ver San Mamés si la candidatura de Jon Uriarte Uranga ganaba, se está convirtiendo en un espectáculo desde que el balón fue echado a rodar con motivo del Athletic Club vs RCD Mallorca. El partido frente al cuadro bermellón del 'Vasco Aguirre' fue, a pesar del empate sin goles, una locura visual que excitó el resto de los sentidos. Ni un reproche al 'solo de fútbol' que interpretaron los leones bajo la batuta del 'maestro' Ernesto Valverde. Una semana después, la 'banda' repetiría en su segundo 'bolo' de agosto.

Había expectación. 43.333 almas con ganas de marcha. Choque por todo lo alto. Nos venía el cuadro 'che'. Pero no el Valencia CF de Bordalás, equipo que pasó a mejor vida, para bien del fútbol entendido como un juego capaz de curar las enfermedades que dañan el cuerpo y ensucian la mente. A los del Turia les había llegado Gennaro Gattuso.

Ernesto Valverde, ante Gennaro Gattuso, míster del Valencia CF, en San Mamés (Foto: Athletic Club).

Como futbolista, un hombre sin exquisiteces pero de esos que un entrenador quiere tener en su equipo. Como míster de este Valencia, huérfano de un 'ex' al que nadie llora, una incógnita a descifrar por una Catedral 'condenada' a que 'le vaya la marcha'.

No queda otra. Pero asume, ya lo dijo Lou Reed, que cuando fútbol y rock and roll se funden, habrás de caminar por 'el lado salvaje de la vida'.

Como equipo visitante, al Valencia, que recuperaba 'aquella vestimenta' completamente blanca, parecía tocarle el rol de grupo 'telonero'. Desobedeciendo a la 'promotora', la 'banda che' fue exagerando su repertorio hasta el punto de discutirle el protagonismo al Athletic. Inquietud en la grada. Así que, antes de que se le subiera a las barbas de Villalibre, 'Txingurri' ordenó la subida de sus chicos a un escenario en el que medraba la amalgama musical de esa Italia a la altura de su bota, patria de Gattuso.

Chut de Iker Muniain ante Gabriel Paulista en el Athletic Club-Valencia (Foto: LaLiga)

Un ritmo rápido, casi hipnótico, que, he ahí el peligro, envolvía al público y sus leones. Hasta Valverde parecía hechizado por el fútbol de un Valencia virtuoso en la técnica individual y colectiva. Físicamente, poderoso. La horma del zapato de ese Athletic que sometió al Valencia sin acierto.

Desde la distancia, creí leer los labios de Valverde en su área técnica: "¿Qué es este partido? Un frenesí". "Vamos nosotros, vienen ellos; me da miedo este juego de tronos en el que corro  el serio peligro de que pierdan el poderío los míos". Es lo que tiene este 'rock and and roll' que te vendieron, que tú compraste.

Te gusta ir, pero no te hace gracia que el rival te venga. Serio problema cuando pretendes frenar al rival  con un solo centrocampista de corte defensivo. En el pecado de alinear cinco hombres ofensivos, la penitencia de vivir el partido en un temblor.

La caldera de San Mamés estuvo a tope este domingo de Aste Nagusia ante el Valencia CF (Foto: Athletic Club).

Barullo. Al lío, pues. Donde manda presidente no manda entrenador a pesar de "la importancia de llamarse Ernesto". La Catedral estalló a la altura del fondo norte provocada por el rock sureño de M-Clan. Ruido. Mucho ruido. Ritmo altísimo. Despliegue físico como si de la última vuelta de 'un mil quinientos' se tratara.

Fútbol cautivo de 'Gatibu' y del rock seco de Gennaro Gattuso, ese que se refugia a la altura del tacón de la bota que amenaza Sicilia al otro lado del estrecho de Mesina. Partido inexplicable. Y yo le digo al que lo intente que algo no va bien en su corazón, y también en su intelecto.

¿Qué es el rock and roll? Un sentimiento. Una manera de entender e interpretar el fútbol. La banda sonora del Athletic, en general, y de este partido, en particular.

Nico Williams se va de Carlos Soler en el Athletic Club-Valencia CF de San Mamés (Foto: LaLiga).

Rock es bregar sin que te pese el cansancio...

Rock es una 'bala perdida' que acaba con la vida de un portero de apellido pecaminoso. Rock es entender que todo el Athletic cabe en esa gota de sudor que una niña con la camiseta de Vivian derrama. Cuando, ya con el tiempo cumplido, al balón le dio por perderse por la línea de fondo en vez de besar las mallas de Unai Simón, mi memoria retrocedió violenta a ese instante en el que un Marcelino García Toral rendido al destino cruel confesaba: "Más allá de la falta de pericia; de la mala suerte, o de ser unos 'tuercebotas', hay 'un no sé qué' que se me escapa".

El 'no sé qué' del gol de Berenguer' El 'no sé qué' de "la Begoña", que al Athletic le quiere bien, "la Begoña" de Luis Fernández, el 'francés de Tarifa' que se fue de bares por 'Poza' al final de la partida. "Enciéndeme", cantaba enlazado a Bittor Alkiza con su brazo protector. "Sólo quiero arder y arder / vivir eternamente / en un partido salvaje".

· Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista

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  1. Mikel

    Muy bueno....jjjj